Capítulo 10

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CAESAR

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CAESAR

Llevo marcando por al menos una hora a Aradia y la chiquilla imprudente simplemente no contesta, le quitó el rastreador al auto, o peor, alguien se lo quitó, por lo que no puedo ver dónde la llevaron.

El pensamiento de que algo le haya sucedido me invade y ya estoy perdiendo la cabeza, Vincenzo tampoco contesta, Aradia siempre va con él cuando algo sucede aquí, es el único lugar en el que pienso cuando ella se marcha. Natasha es mejor en estas cosas de pensar en otros lugares, ella... ella sabe, ella siempre encontraba la solución a todos los problemas.

¿Cómo se supone que podré cuidar de mi hija si ni siquiera logro encontrarla?

— Santino, lamento molestarte, sé que te di el día para que cuides a Sabina, pero... Vincenzo no me contesta, no sé dónde se fue Aradia, estoy perdiendo la cabeza.

Irrumpiendo en el cuarto de la rubia.

Anoche, cuidó de Rhett y Dane sin descanso, terminó colapsando por la mañana, hierve en fiebre la pobre, sus heridas son de gravedad, está recostada boca abajo para así tener la espalda descubierta, se queja entre sueños y ha soltado un par de lágrimas mientras duerme, ella, una bebé que no lloraba, nunca le he visto lágrimas, debe estar sintiendo mucho dolor.

— Sí, no te preocupes, déjame intentar — Suspiró agotado, acariciando el cabello de su hija antes de tomar el móvil— ¿Has visto a Rhett? Aless fue a buscarlo, pero no me ha escrito nada.

Apoyando el móvil en su oreja, esperando.

— Rhett colapsó luego de que Aradia dejó la casa, Aless se lo llevó al cuarto le di el día, Dane no está mejor — suspiré— Le di el día libre a Vitto también, los hijos son primero.

— ¿Ahora lo son? — alzando su ceja en mi dirección— Porque tus prioridades cambiaron de un tiempo a esta parte. Las ultimas vacaciones que tuvieron fue cuando Aless y yo nos casamos.

Bajé la mirada sin saber qué responder.

Natasha tiene razón en estar molesta conmigo, no le dedico tiempo a ella ni a nuestros hijos, prácticamente no salimos de casa a menos de que sea por trabajo, hace años no hacemos algo en familia como lo que intentamos ayer... y yo me fui.

— Vincenzo, hombre, hola — Santino colocó el altavoz— Oye, bruto ¿La principessa está en tu casa?

— Sí, llegó hace un rato — respondió mi primo al otro lado de la línea— Primero me grito, me gritó como por diez minutos, luego dijo que me merecía verme como la mierda, por cierto, tu hija casi me arrancó una oreja, es una bestia, ponle bozal, pero regresando a Aradia, luego de gritar y desahogarse, comenzó a llorar ¿Qué mierda pasó? Aradia no llora.

— Te dije que no le buscaras motivos a Sabina para atacarte, Aless la entrena desde que logró mantener el equilibrio, es peligrosa, lo digo en serio.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora