Capítulo 68

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Escuchar el primer llanto fue tal y como mamá lo explicó, en ese momento, todo el dolor comenzó a valer la pena y estaría dispuesta a pasar por eso una y mil veces si puedo sentir el peso de este pequeño cuerpecito contra mi pecho desnudo, Aless ya se había marchado al ver que todo estaba saliendo bien, dándonos espacio.

— Es hermosa... hermosa... — lloré acariciando su pequeño cuerpo, mirando a los chicos— Hola Perise... bienvenida al mundo, mi amor...

— Es preciosa, Bombón, tienes razón — dijo Ardan, besando mi mejilla, acercándose para acariciar a la bebé— Oh Dios... creo que es el mejor día de mi vida.

— Juro que nunca nada va te va a pasar, tesoro, tus padres siempre estaremos para protegerte...

Le juro Rhett a la pequeña.

— Aradia, ya viene la otra, vamos, un ultimo esfuerzo, tu puedes nena, recuerda que las mujeres Petrova no somos unas perras débiles.

Agotada y todo, volví a pujar, soltando un grito desgarrador, ya no podía más, ya estaba llegando a mi limite, y entonces... llegó.

— Dos bebés bellas y saludables, mi amor — Dijo mamá, apoyando a Tamar en mi pecho— Felicidades, ya son oficialmente padres de gemelos.

Besé a ambos y luego ellos intercambiaron un beso, felices por el nacimiento de las pequeñas con sus llantos vigorosos y de buen tamaño, bebés sanas de cabellera negra y abundante...

— Todo valió la pena, absolutamente todo — sujetando a ambas, mirándolas con adoración— El cansancio, las noches en vela, el sentirme ahogada todo el tiempo... todo... volvería a repetir todo...

Ardan secó mis lágrimas, besando mi sien.

— Gracias por darme hijos, Aradia... desde que te conocí, desde el primer día, me lo has dado todo.

— Fue primero mía, no lo olvides.

Puntualizó Rhett, señalándolo, le encanta joder con eso.

— Ok, sacaré la placenta, tesoro, las mucamas se encargarán de las niñas ¿Ok? Tienes que prepararte para presentarlas ¿Te sientes bien para hacerlo?

Miré a mi progenitora, asintiendo antes de hacer el esfuerzo siquiera de mover un dedo.

— Ya podré dormir más tarde, están esperando por noticias.

Sintiendo a mamá sacar la maldita placenta, tomar las pinzas y colocándolas en el respectivo cordón de cada gemela, entregándoles unas tijeras a cada uno de mis esposos.

— Los honores, caballeros, corten el cordón de inicio a la paternidad.

No dudaron en cortar y sonreír, estaban embelesados con sus pequeñas princesas, las princesas de papá.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora