¿Cuánto estarías dispuesto a perder para conservar la corona?
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Mi nombre es Aradia Edén Marchetti Petrova. Toda mi vida mis padres se encargaron de mantenerme con vida para este momento, llegar a ser el Boss de la asociación internacional de la ma...
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Es el quinto vestido que me pruebo y mis tías Emma y Ella ya están que botan espuma por la boca, creo que estoy siendo demasiado quisquillosa, pero realmente quiero que esto sea perfecto, quiero el mejor vestido de novia para casarme con mis dos hombres, esta boda... lo es todo, es el día en que lo conseguiré todo, el amor de mi vida que me salvó en dos ocasiones, y mi mejor amigo que es también la primera persona a la que amé, la primera persona que me hizo sentir amada, mi pilar... ambos son quienes me han dado fortaleza todos estos años para seguir adelante y quiero... que disfrutemos este día.
— Aradia, en serio ¿Es necesario que te pruebes otro vestido? Los anteriores se te ven igual de increíbles que este.
Dijo la tía Emma señalándome con su copa de champagne, es la tercera botella que abren en dos horas, van a salir ebrias de este lugar si siguen bebiendo así.
— Mmm... cariño, mamá te conseguirá el vestido de tus sueños — levantándose del sofá— Si Rhett estuviera aquí, de seguro escoge el vestido con el que quedes flechada apenas lo mires, ese mocoso te conoce demasiado bien — rascando su barbilla— ¿Y si llamamos a Santino?
Carcajee.
— Sí, Rhett lo sabe todo y es muy probable que lo encuentre así de rápido, pero es el novio, es imposible hacer que venga a elegir mi vestido, mamá, y Santino es mi suegro, no sé si sea muy correcto.
— Entonces déjale todo a mamá, de algo que sirva haberte parido y mantenerte veinte años viva, mocosa.
Corina, mi suegra, carcajeó y dejó su copa en la mesa ratona frente al sofá, siguiendo a mi madre, hablando sobre trivialidades, parecen llevarse bien.
— ¡Hija! ¡¿Entre más descubierto, mejor?!
— ¡Sí mamá!
Quitándome el quinto vestido, entregándoselo a la dependienta, tomando asiento en ropa interior en el sofá individual, viendo a Sabina acercarse y tomar asiento en el brazo de este, dándole un apretón a mi hombro.
— Estás más nerviosa que la primera vez que hicimos esto, relájate, saldrá perfecto.
— Es que es diferente, ya me había acostumbrado a ser la mujer de Ardan, pero ahora, además de ser su mujer, seré la de Rhett ¿Sabes cuanto tiempo espere para ser la mujer de tu hermano el idiota?
Carcajeó sujetando mi rostro, besándome en la boca, como es costumbre suya.
— Ahora serás una mujer de múltiples apellidos, señora Marchetti de De Santis Coppola ¿No quieres casarte conmigo mejor? Te aseguro que seré mejor esposa que ese par de imbéciles que tengo por parientes.
— Tú ya estás casada — señalando el anillo que reluce en su dedo anular izquierdo— Y te recuerdo que estás casada con mi tío.
Levantó las cejas y formó una O perfecta con sus labios.
