Capítulo 61

4.8K 424 336
                                    

NATASHA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NATASHA.

Tengo que admitir que la cena estuvo un poquito tirante, los celos se huelen en todas direcciones, Sabina ya amenazó a Vincenzo unas siete veces y este en vez de asustarse o enojarse parecía... excitado, y no era el único, Ardan parecía ser un masoquista, porque mi hija le dijo claramente que lo apuñalaría si miraba en otra dirección alguna vez y este le puso una cara de cachorro que... que me llevó a tomar una decisión.

— Ok, los niños a casa — saliendo todos juntos del restaurante— Ares, Eris, se quedan con Travis, Tú Goliat — señalando al escolta más cercano— Los llevas al hotel, a su propio cuarto, los adultos iremos a divertirnos.

— ¡Pero mamá...!

Se quejó Eris.

— Cumple dieciocho, cariño, y te dejarán entrar al club, pero por ahora, te vas a la casa, nos vemos para el desayuno.

Besando la mejilla de cada uno de mis pequeñines, Ares un poco molesto, Eris indignada, Travis sin hacer ni una mueca, despidiéndose amablemente de todos, dándole un abrazo fuerte a Aradia, sin duda, ese chiquillo es su alegría, es su hijo digan lo que digan, el rubio hizo bien en adoptarlo, ya nos hacía falta un mocoso dando vueltas por ahí, mis crías están muy grandes, que bien que me embaracé, soy un genio.

Luego de las despedidas, fuimos directo al club, mi hija y yo evitamos el alcohol a toda costa, pero íbamos con mi madre, quien repartió botellas para todos y comenzó a bailar como stripper apenas terminar la primera botella, hay malos hábitos que no olvida, papá está pendiente para romperle el rostro al primero que la mire, aunque conociéndola, no pasará mucho antes de que comience a sacarse la ropa.

— ¡Caesar, atrápame!

Soltó el vaso derramando un poco al ver que iba con toda intención para que realmente me atrapara, saltando desde la mesa cercana, puede que mi madre me pegara la alegría y terminara bailando también, me encantan las fiestas.

— ¡Oye! El bebé, Natasha, por favor.

Bajándome al piso con delicadeza, viendo los billetes sobresalir de mi brasier, por el borde superior del vestido.

— Si hasta parezco prostituta ¿No? — carcajee, viéndolo tomar los billetes— No pierdo el toque, pero aprendí de mamá que, si salgo de fiesta y me da calor, usar traje de baño en vez de ropa interior, así puedo desnudarme sin culpa.

Sonriéndole amplio.

— Dile a tu madre que no te enseñe más cosas, por favor.

Contando los billetes.

— ¿Qué? ¿Tienes proxeneta nuevo?

Se burló Santino.

— Es mi banco — señalé— Yo gano dinero, él me tiene los juguitos fríos mientras me voy a hacer travesuras, somos un equipo.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora