LEAN HASTA EL FINAL BABYS, QUE ESTÁ PARA PARTIRSE DE LA RISA, NUESTRA REINA NO PIERDE SU ESENCIA.
NATASHA.
No se la hice fácil al idiota de metro noventa que tengo por marido, hice todo un escandalo antes de despegar, tardé tanto, que por la ventana pude ver como el avión de Ares y Eris dejaba el suelo ruso, marchándose con Aradia. No pensaba dejar que Caesar se saliera con la suya esta vez, de seguro es otro de sus planes, un fin de semana en el culo del mundo y luego me dejará de lado otra vez, no quiero repetir esa historia, me cansé de ser un adorno y soportar los insultos de los ancianos, me rindo, jamás van a aceptarme, jamás me quisieron como dama de la mafia.
Pues métanse el cargo por el trasero, haber si alguna otra va a hacer las cosas tan bien como yo, bastardos arrogantes.
Caesar terminó amarrándome al asiento para poder despegar, me dejó ahí por al menos una hora hasta que dejé de forcejear, gritarle hasta el cansancio lo mucho que lo odiaba, e intentar inútilmente (una estupidez, lo sé) de romper los cinturones de seguridad con los dientes... como si eso fuese a funcionar en algún momento.
No dijo nada cuando me soltó, sólo... se alejó, me dio mi espacio, y así nos mantuvimos por al menos unas tres horas, él sentado al final del avión, leyendo un libro, fingiendo ignorarme, y yo en la primera fila, viendo la tentación frente a mis ojos como perro lánguido, el maldito del Zar lo hizo a propósito, llenando una mesa de dulces para que me atiborrara de azúcar. Intenté con todas mis fuerzas autoconvencerme que no necesitaba provocarme una diabetes, o un coma diabético, menos un grupo importante de caries, pero el glaseado de los rollos de canela parecía tan fresco... el olor del pie de limón me endulzaba los sentidos, pero el chocolate... el maldito chocolate...
— Agh, jódanse todos, todo el mundo jódase, maldita sea ¿Quién me hizo tan buena para comer? ¿De quién fue la idea de presentarme los putos dulces?
Levantándome de mala gana, acercándome al pastel que Caesar tenía esperando por mi voraz apetito, observando al postre con odio mientras me servía doble ración en un plato, maldiciéndolo por verse tan delicioso cuando mi plan era no tocar nada de lo que Caesar tuviera preparado, saboreándolo con enojo, metiendo cucharadas cada vez más grandes dentro de mi boca.
— Mierda ¿Por qué está tan delicioso? Tiene mucho chocolate.
Asegurándome de hablar en volumen bajo, dándole la espalda al Zar, no lo dejaría ver que estoy disfrutando algo de esto.
Con disimulo, me serví otra rebanada, mirando a Caesar sobre mi hombro, el idiota estaba muy entretenido leyendo un libro, llevo diez horas en este maldito avión, con el culo cuadrado y aún no hemos cruzado palabra, pero me siento intranquila, diez horas, los chicos tuvieron que haber llegado a Italia hace bastante ya, Aradia debe estar trepando las paredes y haciendo malabares para poder cumplir con todo.
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Aradia "La selección" #2 (+21)
Romansa¿Cuánto estarías dispuesto a perder para conservar la corona? ** Mi nombre es Aradia Edén Marchetti Petrova. Toda mi vida mis padres se encargaron de mantenerme con vida para este momento, llegar a ser el Boss de la asociación internacional de la ma...