¿Cuánto estarías dispuesto a perder para conservar la corona?
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Mi nombre es Aradia Edén Marchetti Petrova. Toda mi vida mis padres se encargaron de mantenerme con vida para este momento, llegar a ser el Boss de la asociación internacional de la ma...
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SANTINO.
Regresé a la casa principal de los Marchetti lo antes posible, las manos me temblaban y no he parado de sudar desde que Aradia sancionó a Rhett, esta vez se le pasó la mano, joder, yo le dije, le advertí que, si era un juego, que no se metiera entre las piernas de la hija del Boss, le dije que las consecuencias serían catastróficas para él, pero como siempre, no me escucha.
Este sujeto calculador estuvo por años dando pequeños pasos para seducir a la hija del jefe, ahora que lo consiguió, se está comportando como lo hacía cuando Aradia no estaba presente, mostrándole una faceta totalmente diferente a la chica, la tuvo viviendo en su mentira y ahora que ella ni siquiera voltea a verlo, él, que adora la atención femenina, intentó sabotear sus planes.
Mentiroso... le enseñamos a mentir muy bien, y también le enseñamos a dañar... pero eligió a la persona equivocada esta vez.
— ¿Bebé? ¿Bebé que pasa?
Aless me interceptó de camino al sótano, estaba... llorando, llorando de la frustración y la rabia, no había nada que pudiera hacer y Rhett debe estar siendo azotado ahí abajo.
El diablo quiera que Natasha y Caesar no lo maten cuando regresen, esto fue alta traición, nunca se ha visto que un Segundo muerda la mano que le da de comer.
— Es Rhett — dije yo— La cagó, la cagó en grande, Aradia lo sancionó, dos semanas alimentado de pan y agua ahí abajo, sanción nivel amarillo — abrazándolo con fuerza— Dijo que si volvía a meter la pata iba a exiliarlo.
Aless envolvió mi cuerpo en un abrazo, rígido, preocupado por la permanencia de nuestro hijo en esta casa.
— ¿Qué fue lo que hizo?
Preguntó.
— Delató a Aradia con Ardan, casi se va el matrimonio y el legado de los Marchetti a la basura.
Suspiró con cansancio.
— Mierda... ¿Qué dijo Ardan?
— Lo golpeó, golpeó a Rhett, iba a matarlo, yo lo detuve porque... no podía ver como mataban a mi hijo, no... no puedo ver eso. Me entrenaron para no tener emociones cuando de matar se trata, pero no con él, no con mi familia.
Acarició mi espalda y besó mi coronilla, tranquilizándome.
— Ahora debemos preocuparnos de Rhett, tiene que corregir su comportamiento, quizá esas dos semanas ahí abajo lo hagan replantear sus prioridades, hablaré con Sabina ¿Bien? Le pediré que convenza a Aradia para que abogue por Rhett cuando Caesar y Natasha lleguen, van a matarlo.
— Lo sé... lo sé... — levantando la cabeza— Hay que convencerla, dijo que será piadosa por ser hijo de nosotros, quizá le salve el cuello.
Para cuando me calmé, tomé una larga respiración y de la mano de Aless, bajamos hasta el sótano, recorriendo celda por celda, buscando a nuestro hijo, encontrándolo en el ultimo apartado, un poco más grande que las demás, esta cama al menos sí tiene colchón, con los resortes un poco salidos y de diez centímetros de alto... pero al menos tiene colchón.