Capítulo 25

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VINCENZO

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VINCENZO.

Me dejé arrastrar por la niña rubia, encontrándome con mi hijo en el camino, Ox no sabía qué hacer, si interrumpir o ver dónde dormía esta noche, porque sabe lo loca que está Sabina, yo si fuera él, me mantendría alejado para mantener el cuello en su lugar.

— Papá ¿Quieres ayuda o...?

Pero mi hijo es tonto, claro.

Eso lo sacó de su mamá.

— Ox, duermes en mi casa hoy — le dijo Sabina— Voy a jugar con tu papá hoy y no quiero interrupciones, eres el único tonto que se atrevería a interrumpirme.

— Pero... ¿Cómo voy a llegar así sin más?

Le dijo Ox ni siquiera se negó, hombre inteligente.

— Aradia es tu prima, no seas mamón — respondió la rubia, dándole un amistoso empujón— Ve y dile que yo te eché de tu casa por hoy, te aseguro que querrá hablar contigo.

— Sólo ve con tu prima — dije en medio de un suspiro— Sabina y yo tenemos cuentas pendientes.

— Tu papá me va a Peter el pito por...

Cubrí su boca, sonriéndole inocente a mi hijo, no creo que sea muy bien visto que me acueste con una mocosa, pero esta loca... todo es culpa de esta loca.

— No quiero saber, no detalles por favor — negó Ox— Me quedo con Aradia, llámame para cuando pueda volver — mirándome— Y que sea sin huesos fracturados esta vez, eso va para ti, Sabina.

La rubia sonrió inocente, jalándome dos pasos más lejos de mi bastardo favorito.

— No te prometo nada, todo depende de qué tan bien se porte tu papi.

Voltee el rostro para mirarla, es una hija de puta desquiciada y para mi pesar, el mejor polvo que he tenido, ella simplemente es... diferente, es innovadora, bruta, le gusta usar objetos y... caliente, muy caliente.

— Definitivamente no quiero detalles.

Dio media vuelta y regresó al almacén, sólo entonces, Sabina me arrastró hacia el auto y le pidió al chofer que nos llevara a mi casa, subiéndose a horcajadas sobre mí, sin perder el tiempo, tirando del nudo de mi corbata, rompiéndome la camisa, haciendo saltar los botones.

— ¿Bajo que condiciones es esta vez? — pregunté, ladeando la cabeza para darle mayor acceso a esos labios que chupaban, besaban y mordían mi cuerpo con avidez— Pregunto, para saber si me obligarás a quedarme quieto o puedo agarrarte el culo, me ha estado tentando desde hace un rato.

El filo de su cuchillo me cosquilleó en la yugular, obligándome a tragar grueso.

Como dije, ella es diferente, nunca dije que diferente en el buen sentido, es diferente en el sentido de loca de mierda fanática de usar objetos filosos en mí.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora