Capítulo 33

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El día de nuestro regreso fue relativamente tranquilo

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El día de nuestro regreso fue relativamente tranquilo. Apenas regresó Ares de su misión y nos comentó a mí y a Ardan sobre los pormenores de esta con detalles sangrientos incluidos, fue a darse una ducha rápida y regresó con Eris a la rastra, ambos mirando a mi estrenado marido, tomándolo del brazo para arrastrarlo al exterior, por la ventana pude verlos salir a trote sobre los caballos directo al bosque.

¿Me extrañaron más a mí o a él? Me alegra saber que les agrada Ardan, es un apoyo contar con él para tenerle un ojo a mis escabrosos hermanitos.

En cuanto a Samanta, más tarde mi hermana me comentó que ordenó que le cortaran la lengua y las manos por intentar tocarla y hablar mal de mí, murió desangrada la desquiciada.

Una loca menos en este mundo. A la única que tolero es a Sabina.

Que en paz descanse la pelirroja en las llamas del infierno. Si vuelve a aparecer otra pelirroja loca obsesionada con mi marido, Satán comenzará a cobrarme renta por enviárselas tan seguido, joder.

El día concluyó en películas en la sala, Sabina se fue a joder a Vincenzo, Dane estaba en casa de Vincenzo para "hablar" con Ox sobre los detalles de la misión que compartirán. Todos sabemos que la lengua la usarán para todo menos para hablar, pero ya qué, ellos a lo suyo, todo a su tiempo. Lo que nos dio tiempo en familia por así decirlo, los mellizos, Ardan, Boris y yo.

Siento que Ardan sería un gran padre, cuando decidamos tener hijos en algún momento de la vida, será un padre fantástico.

***

— Buen día, ya levántense, despierten. Suficientes vacaciones y levantarse tarde, arriba.

Me quejé rodando en la cama, abrazando la almohada, gritándole mientras pataleaba, era demasiado temprano para esto.

— Cinco minutos más...

Pedí.

— Nada de cinco minutos, tus cinco minutos son treinta ¿Quieres que te moje la cara para que te levantes?

— Agh... Rhett — se quejó Ardan a mi lado— ¿Todas las mañanas vas a despertarnos así?

— Así es, lo lamento por ti, Ardan, pero de Aradia me ocupo desde siempre y es una floja, puede quedarse en la cama por horas si nadie la obliga a levantarse.

Levanté la cabeza, mirándolo mal.

— Eso no es cierto, puedo levantarme por mi cuenta, maldito mentiroso.

Señalándolo.

— Sí, como digas — rodó los ojos, lanzándome ropa interior y una toalla a la cara— Ve a bañarte, en veinte minutos nos reunimos para el desayuno, vendrán todos los involucrados en el trabajo con los estadounidenses, mis padres y Vitto no participarán, dijeron que sería incómodo vernos en ese escenario a nosotros sus hijos, los entiendo.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora