Capítulo 9

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Para cuando llegó la comida, Fabio ya me tenía completamente mareada con su platica sin sentido, observándome con burla cuando, cada vez que sujetaba el tenedor para envolver mi pasta, hacía una mueca de dolor

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Para cuando llegó la comida, Fabio ya me tenía completamente mareada con su platica sin sentido, observándome con burla cuando, cada vez que sujetaba el tenedor para envolver mi pasta, hacía una mueca de dolor.

Tenía dos dedos inflamados, tornándose de colores con rapidez, estaban rotos, inclinados en una posición poco natural, aún así, me esforcé por comer sin hacer comentarios o denotar demasiado el dolor que me estaba recorriendo.

Rhett casi no ha tocado su comida, observándome preocupado, muy al pendiente de las manos de Fabio, dispuesto a cortarle una de ellas si me tocaba otra vez. Ya le dije que se mantuviera quieto, romper el tratado de lastimarse entre casas nos daría muchos problemas y ya estamos en la mira de todos.

Sabina tiene un cuchillo clavado en la mesa del restaurante, primera advertencia, dijo al ver mis dedos, aún así, se ha comido todo lo que pidió, un plato de cada cosa en el menú, sólo lo más caro, golpeando la mano de Fabio cada vez que intentó pinchar un camarón o tomar un poco de langosta con su tenedor.

— Y entonces... Aradia, ya que estás tan callada hoy — dijo Fabio, comenzando a hablar otra vez— ¿Qué sucedió entre tu Segundo y tú anoche? Parecían muy interesados en intercambiar salivas, luego mágicamente desaparecieron, todo el mundo quiere saber si perdiste parte de tu valor anoche, sabes que una novia que no es virgen no vale nada.

Se me disparó el pulso en ese momento, mientras el sudor frío me recorrió completa.

El dolor muscular causado por toda la actividad de anoche sigue presente, recordándome lo que hice, lo mucho que me gustó, pero también, la falta gravísima que cometí.

No me arrepiento, pero me preocupa que los demás me consideren no apta cara casarme, por ende, para ser Boss si se enteran.

— Me dolía la cabeza y Rhett me llevó a casa, eso es todo —suspiré— Una mujer se guarda para el matrimonio, así es como deben ser las cosas, como próxima Boss, debería dar el ejemplo ¿No crees?

Respondí con toda la serenidad que pude.

— Entonces ¿No te acostaste con este perro?

Señalando a Rhett de forma despectiva.

— Primero, ya te dije que no lo hice. segundo, a Rhett no vas a insultarlo, maldita sea.

Golpeando la mesa con el puño, arrepintiéndome en segundos, demostré demasiado enojo por una simple provocación, sólo le daré ideas a Fabio, malas ideas, tengo que controlarme.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Desecharme? —sonrió con malicia— Cariño, mi abuelo está en el consejo, está muy interesado en que me quede con tu poder ¿Qué te hace creer que vas a deshacerte de mí tan pronto?

Palidecí.

Si me obligaban a casarme con este sujeto, mi vida iba a ser una completa miseria.

— Cuando nos casemos — Prosiguió— Voy a exigir esa prueba de virginidad, no me consta que no hiciste nada con este perro libidinoso que se la pasa mirándote el culo — señalando a Rhett con desdén— Después de todo, eres una zorra al igual que tu madre.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora