Capítulo 57

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AAAFIRMENSE BESTIES

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NATASHA.

Miré a mi madre mover el aparatito por el vientre de mi... inerte hija, sigue pareciéndome sorprendente que sobreviviera, que resistiera hasta el final luego de verse... así de mal, no me sorprendería si perdió al bebé luego de todo lo que le hicieron, no me perdonaría nunca el haber llegado tarde y no haberla protegido como es debido, soy su madre, yo debería protegerla, debería... haberme esforzado más en llegar rápido...

— Joder, si supiera usar esta máquina de mierda.

Gruñó mi madre.

Todo el mundo levantó la cabeza, mirándola mal, hasta mi padre parecía indignado.

— Dijiste que sabías ocuparla.

Caminando hasta ella.

— Dije que tenía una — puntualizó— Saber ocuparla es otra cosa, hija.

Rodé los ojos, este no era momento para bromas.

— Agh mamá, córrete — empujándola con la cadera— Gianna me enseñó a hacerlo, la ayudé en algunos partos en el pasado, puedo encargarme de todo.

Tomando el aparatito entre mis manos, mirando mal a mamá otra vez.

— Mamá, ni siquiera pusiste una cantidad generosa de gel conductor, el gel ayuda a ver mejor.

Aplicando en toda la panza de mi niña, tengo que encontrar ese bebé a cómo dé lugar o mi hija se va a morir de la pena, no quiero que se apague su luz por sentirse culpable por no haber podido cuidar a este bebé del que estaba tan orgullosa.

— Nat ¿Hay algo ahí? —preguntó Caesar, acercándose— Si... no hay nada, debería llamar al psicólogo, Aradia... Aradia no se lo tomará bien.

Ignoré las palabras de Caesar y busqué otra vez, busqué, busqué, busqué, viendo a Rhett temblando más que gelatina, a su padre en el mismo estado, malditos Coppola dramáticos, aún hay esperanza, aún puedo encontrar algo...

— Natasha...

— ¡Cállate Caesar! — entrando en desesperación— Sólo... Sólo cállate.

— Nat, no le grites, el hombre está tan preocupado como tú.

Regañó mi padre.

— Tú tampoco tienes idea del terror que mi hija puede sentir si despierta y se entera de que no hay bebé, yo me moriría de la pena si pierdo al mío.

Tocando mi propio vientre sintiéndome culpable de que mi hijo siga bien alojado ahí.

— Nat... creo que ya hay que parar — dijo Santino, apoyando su mano en mi espalda— Paremos... tampoco te hace bien a ti esta situación, te estresarás y no le hace bien a tu bebé.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora