Capítulo 62

5.3K 413 281
                                    

DISFRUTEN, PECADORAS.

DISFRUTEN, PECADORAS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NATASHA.

Relamí mis labios utilizando las uñas sutilmente deslizándolas por el pecho de Santino, parando mi recorrido en sus muslos, clavándolas en estos, riendo cuando se ahogó con el pene de Aless en su boca.

— ¿Te dolió? Ups, lo siento — sujetando su pene, masturbándolo— Tranquilo que yo soy muy buena pidiendo perdón de rodillas.

Metí todo su glande a mi boca, trazando círculos con la lengua a su alrededor, poniendo especial atención a la punta, sintiendo su pene dar un brinco mientras lo masturbaba asegurándome de mantener mi trasero bien levantado para que mi esposo colocara lo que sea que haya traído, dijo que me tiene un regalo, han pasado cinco minutos y no regresa de nuestra habitación.

Retrocedí ligeramente, besé la punta y metí un poco más de su pene dentro de mi boca asegurándome de no detener el movimiento rítmico de mi mano al mismo tiempo, mismo movimiento, retrocediendo y tomando un poco más, notando que mi mano no era suficiente para rodear su falo, pero mi boca sí que era capaz.

Tomé su pene por completo empujando más allá de mi campanilla, sintiendo como se me abultaba la garganta cada vez que lo metía hasta la empuñadura, usando los dientes ligeramente para acariciar su piel sensible, escuchándolo ahogarse cada vez que lo hacía, parecía gustarle, porque enredó sus dedos en un puñado de mis cabellos marcando el mismo el ritmo, levantando las caderas para clavarse más profundo, parecía querer decir "¿No te jactabas de tus habilidades? Ahógate, perra".

Sí que me estaba ahogando, pero no criaron una perra débil, por lo que, si él se pone agresivo, yo también puedo hacerlo, clavándole los dedos en los muslos, succionando con fuerza, se ahogó tanto que Aless se vio en la necesidad de sacarle el pene de la boca para que respirara mientras tosía y tomaba largas bocanadas de aire.

— Joder, Natasha ¿Quieres matarme? — se quejó— Si te pones en modo perra, voy a asegurarme de que mañana no puedas hablar por lo mucho que voy a llenarte la boca.

Aless se hizo a un lado, mirando a su marido.

— Hazlo por favor, quiero ver eso...

Suplicó el rubio.

— Yo también quiero ver eso — arrodillándome entre las piernas de Santino— Nadie necesita hablar, ni caminar, Caesar lo hace todo, Caesar se encarga de su muñeca de trapo mañana — tomando su mano viendo que tomó asiento en la cama, colocándola sobre mi cabeza— ¿Y bien? Juguemos papacito, que esperé veinte años para que se te quitara lo marica y quisieras hacer un trío conmigo.

***

ALESS.

Yo podría correrme de tan sólo mirar lo que estaba pasando, muchas cosas están pasando en estos momentos, Natasha arrodillada entre las piernas de Santino, este sujetándola bien del cabello, asegurándose de empujar lo suficientemente profundo para que la rubia tuviera arcadas, pero la masoquista parecía disfrutarlo, succiona tan fuerte que Santino no puede mantener la boca cerrada y no es de los que son ruidosos en la cama, Natasha realmente se lo está comiendo vivo.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora