Capítulo 6

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Padre nostro che sei nei cieli

Padre nostro che sei nei cieli

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RHETT

El Boss no parecía alguien feliz en estos momentos, es más, no me sorprendería si me lleva afuera para matarme mientras su hija hace las presentaciones y lleva a cabo el protocolo, a la perfección claro, pero distrayéndola para que no vea como me arranca la cabeza por intentar seducir a su hija.

¿Habrá notado que ella me hizo el chupón en el cuello? ¿Habrá sido muy imprudente de mi parte pedirle algo como eso a Aradia? Mi cabeza está en juego, si, pero yo soy reemplazable, ella puede tener otro Segundo, pero... pero si hago que le quiten la oportunidad de ser Boss, Aradia va a odiarme por el resto de su vida, y no sé si pueda vivir con eso, prefiero la muerte a ver su decepción.

— Señor, Aradia no ha hecho nada malo, todo es mi culpa, y tampoco he tocado a su hija, sé muy bien las reglas y los protocolos, todo lo que quiero es que ella cumpla su objetivo.

El Boss rodó los ojos y paró de caminar, dando media vuelta para mirarme.

— Sé lo que haces con mi hija, no intentes negarlo porque no son nada disimulados, ninguno.

Ok. Lo sabe. Ahora sí puedo comenzar a preocuparme... más.

— Señor... con todo respeto, Aradia me gusta, siempre me ha gustado, y pido perdón por mi atrevimiento, sé que sólo debí mantenerme al margen y ser su Segundo, pero... pero es que no puedo.

Se cruzó de brazos y me miró.

— Entonces te gusta mi hija, y la has estado seduciendo a pesar de la regla de prohibición.

Me va a cortar el cuello...

— Me gusta Aradia, Boss, si debo morir, porque moriré en algún momento, prefiero que sea de esta manera, si usted ya lo sabe, no hay razón para ocultarlo, me gusta su hija señor y daría lo que fuera por poder ser un candidato para ser su prometido, esos quince bastardos no son para ella, no están a la altura de una mujer como Aradia, sé que yo lo haría mejor, podría acompañarla, ayudarla, cuidarla, amarla... yo... yo soy mejor que todos ellos, así que... estoy listo, máteme, pero no voy a retractarme de mis palabras.

Lentamente el Boss formó una sonrisa en su rostro, tomando el arma que descansaba en la cinturilla de su pantalón, cargándola.

Ni siquiera pestañee cuando el cañón del arma lo apoyó en mi frente, al menos intenta ser considerado, dándome una muerte rápida, bien podría dispararme en otros lugares primero para hacerme sentir dolor, supongo que es una buena manera de morir, fácil y rápido.

No cerré los ojos en ningún momento, el Boss presionó el gatillo, dos veces, probablemente jugando a la ruleta rusa conmigo, y al tercer disparo fallido, paró.

— Ya veo, entonces sí estás dispuesto a morir por mi hija — bajando el arma, mostrándome el barril de su pistola, estaba vacío— Sólo quería saber cual era tu punto de vista en todo esto, Aradia se enteró de algo hace unos minutos, algo que se muere por contarte, pero el placer lo voy a tener yo porque ustedes suficiente han esperado ya quiero ver que sucede.

Aradia "La selección" #2 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora