"RAYHAN"
20 de septiembre de 2006
El día se ha disipado entre los imponentes edificios de Saná y ahora la noche duerme, transformando la arquitectura de barro en oscuridad, aunque aún brillan los grabados blancos de las casas con la luz de la luna llena. Todo está en completo silencio. Zaida y Suhaila descansan en el salón, a pesar de ser aún temprano. Hoy ha sido un día muy largo, demasiado largo. Miro al cielo con la esperanza de encontrar respuestas, pero solo hallo más preguntas. No entiendo cómo Suhaila ha podido comportarse así. Marcharse sin decirme nada. ¿Qué habría pasado si hubiera llegado cinco minutos después al autobús? La hubiera perdido para siempre. A ella y a Zaida. Me ha decepcionado muchísimo. Ya no es la misma que era antes. Desde que nos casamos, hace más de tres años, hemos pasado por momentos muy complicados: la llegada de la niña, el trabajo… pero su inmadura actitud es lo que más me duele. Yo ya tengo una edad para estar aguantando tonterías de adolescentes. Si quiere estar conmigo tendrá que madurar de una vez por todas y entender que no voy a permitir que haga lo que quiera. Tiene una vida maravillosa, y aún así se queja. ¡No entiendo qué más quiere! Ya quisieran muchas mujeres tener un marido como yo. Me tomo el último té del día, enciendo un cigarro y hago la llamada que llevo retrasando varias horas. Me da vergüenza tener que dar explicaciones ahora.
—Buenas noches —digo casi susurrando—. Siento llamarte a estas horas, pero quería agradecerte que me hayas avisado de lo que ha pasado hoy. Si no hubiera sido por ti, no me hubiera enterado, y vete a saber dónde estaría Suhaila ahora. —Respiro aliviado—. Y bueno… también quería pedirte disculpas porque hayas tenido que presenciar eso y preocuparte.
Me ruborizo.
—No tienes que agradecerme nada. Era mi obligación llamarte.
—No quiero complicarle la vida a nadie, pero no entiendo qué le sucede a Suhaila últimamente. No me gusta ni un pelo su actitud. Voy a tener que hacer algo —le adelanto—. Si tengo a mi lado una mujer que no hace lo que yo le digo, ¿para qué quiero tener una mujer? —le pregunto indirectamente—. Llevo unas horas pensando y creo que debería buscarme a otra que me quiera de verdad y me obedezca. Está claro que ella tampoco quiere estar conmigo. ¿Cómo lo ves tú? ¿Opinas como yo?
—No sé qué decirte. Es una situación muy delicada, pero desde luego no parece que quiera estar contigo, sinceramente.
—Hoy me ha vuelto a demostrar que no le importo. Necesito acabar con esta situación ya. Me está volviendo loco, y yo merezco ser feliz. Creo que ya me lo he ganado después de todo lo que he sufrido en los últimos años por la pérdida de mi padre. Tengo que quitarme a Suhaila de las manos. Ya no me beneficia tenerla en casa. ¿Me ayudarás a conseguirlo?
—Por supuesto.

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~ Una Más ~
Ficção CientíficaSamira, es la madre de tres hijos, embarazada de un cuarto y casada con un hombre egoísta y ruin, que solo la ve como objeto de placer y servidumbre. Pese a su juventud y las ganas de ver crecer a sus hijos, una enfermedad arrolladora atacará repent...