"SUHAILA"
1 de febrero de 2011
¡Me ha disparado! ¡No puede ser! ¡No puede ser! Presiono rápidamente la herida para evitar que la sangre escape y poder salir a buscar ayuda, pero es imposible. Las piernas me empiezan a temblar, hasta que fallan por completo y me desplomo. Se me nubla la mirada. Apenas puedo contener la respiración. Me ahogo. ¡Me ahogo! De repente siento muchísimo frío, como si estuviera metida en un congelador. Estoy helada. Igual que lo estaba Lizzeth. Creo que me voy a morir. El dolor se intensifica. Tengo miedo.
—¡A… YU… DA, POR… FAVOR! ¡A… yuda! —Ya no me quedan fuerzas ni siquiera para hablar.Es inútil continuar. Se han ido todos, nadie me va a escuchar. No puede ser. ¡NO, NO PUEDE SER, JODER! Esto no puede acabar así… ¡Mi final no puede ser este! ¡No puedo morir sin antes ver a mi hija por última vez! Entreabro los ojos y la sangre sigue saliendo, formando un río hacia la puerta. Me refugio encogida sobre las baldosas, buscando cobijo en mis recuerdos. Me estoy asfixiando. No puedo aguantar mucho más. ¿Será esto lo que sintió mamá en sus últimos minutos de vida? ¿Será lo que sintió Hassan? ¿Será esto la muerte? No puedo creerlo. ¿De verdad me estoy muriendo? Después de haber estado esclavizada toda la vida por mi padre, mi marido, Jamil, el único hombre al que he amado de verdad y he entregado mi corazón, y cientos de hombres más… ¿esto es lo que merezco? ¿Este es mi final? ¿Y mi ansiada libertad? ¿Dónde está? ¿¡DÓNDE!? Jamás la voy a conocer. Jamás. No me queda tiempo. Quiero mover mi cuerpo, pero no soy capaz. Necesito que alguien me ayude.
—¡A… y… u… d…! —Toso. Me mareo. No puedo respirar.
Lo único bueno que me ha dado la vida has sido tú, Zaida. Tú has sido la que me ha mantenido firme, día tras día, acto tras acto, noche tras noche. Has sido tú. Solo tú. Sin tu sonrisa no estaría aquí. Habría acabado como Lizzeth, mi gran amor, colgada del techo del baño. No hubiera podido soportar esta vida; sin embargo, tú has sido mi flotador. Cierro los ojos para volver a los sueños, el único lugar donde me es posible reencontrarme contigo cada noche. Todos los días he soñado que ibas al colegio y eras la más inteligente de la clase, que te convertías en la princesa a la que todos los niños quieren… He palpado con mis manos cómo te hacía la mejor comida tantas veces que me he convertido en una chef profesional, cómo jugábamos juntas hasta que nos dolían las costillas de tanto reír… Todos los días fantaseaba con que algún día podría darte el último beso en la frente antes de irte a dormir… Todo era real. Absolutamente todo. Por eso, por ti, mi princesa, he aguantado esto, con la esperanza de salir de aquí y poder buscarte hasta encontrarte. Y tanto… ¿Tanto para qué? ¿Para qué he luchado toda mi vida? Si al final han ganado ellos…, los mismos que me han quitado la posibilidad de seguir viéndote crecer. Lo único que he querido siempre ha sido estar contigo, y ni eso me han dejado hacer. No pedía mucho más. Solo a ti. Aunque todo lo que he hecho no me haya llevado a tu lado y tengas que pasar el resto de la vida sin mí, vuela. Vuela tan alto como quieras. No dejes que nadie te corte las alas. Tus pasos abrirán camino a las futuras generaciones. Tú puedes ser el cambio, el mayor cambio del mundo. Y…, por favor, mi niña, perdóname. Te prometo ser mejor madre cuando nos volvamos a encontrar. Me voy. No sé si a Yanna o a cualquier otro lugar, pero vaya donde vaya, siempre estaré esperándote.
ESTÁS LEYENDO
~ Una Más ~
Science FictionSamira, es la madre de tres hijos, embarazada de un cuarto y casada con un hombre egoísta y ruin, que solo la ve como objeto de placer y servidumbre. Pese a su juventud y las ganas de ver crecer a sus hijos, una enfermedad arrolladora atacará repent...