"DRAGOS"
20 de enero de 2008
—Por favor, no me hagáis nada. Por favor os lo pido. ¡Dejadme salir de aquí! No he hecho nada para estar encerrada. Tengo que volver con mi hija y Jamil, ¡me están esperando fuera! Tenemos que subirnos a un avión… —nos suplica sin cesar.
—Cállate la boca. —La chica se queda sorprendida cuando mi compañero le responde en su idioma. Menos mal que sabemos árabe de cuando trabajamos en Dubai, porque nos facilita el trato con las mujeres que nos llegan desde esas zonas. Hasta ahora le hemos hablado en rumano, pero un traficante siempre tiene que saber hablar varios idiomas, ¡nunca sabes cuándo te van a hacer falta!—No, no voy a callarme… —se rebela—. ¡JAMIL, POR FAVOR! ¡SÁCAME DE AQUÍ! —Esta necesita un escarmiento. No voy a tolerar su actitud.
—Tú decides. O te lo hacemos a ti, o se lo hacemos a tu hija —le digo muy enfadado. Hay que ponerla firme, no nos puede torear.
—¡NO! ¡Ni se te ocurra tocar a mi hija! —No para de temblar y apenas puede coordinar el llanto y la respiración—. ¡POR… F… A… VOR, no le hagáis daño a Zaida!
—Venga, Dragos, ¡empieza tu primero, que te veo con ganas! —Vasile se ríe y le levanta la túnica. Hoy me apetece marcha y lo sabe. Son ya muchos años haciendo negocios juntos. Se la voy a meter hasta la garganta para que grite como una loca, pidiendo que la saque. ¡Buah! Qué cachondo me pone eso. Con una mano sigo sujetando sus piernas y con la otra me la saco. Mira que cara de asustada pone al vérmela; «Si te va a gustar, zorrita, ya verás», pienso sin poder evitar mostrar una sonrisa. Sin darle tiempo ni a pensar, la penetro con todas mis ganas y empiezo a moverme tan rápido como puedo. Llega un momento en el que sus gritos de puro dolor y mis movimientos van al mismo compás.
—¡Eso es! ¡GRITA! ¡GRITA MÁS, PUTA! ¡Me estás poniendo cachondísimo! —No puedo parar de follármela—. ¡Qué cerdo me pones! —La tengo muy dura…
Menos mal que la habitación está insonorizada, si no sus gritos se estarían oyendo en todas las terminales. La zorra esta no para de moverse. ¡Al final se va a caer de la camilla! ¡Deberíamos haberla atado como hemos hecho en otras ocasiones!
—Venga, tío, ¡que yo también la quiero probar! Déjame un poco, ¿no? —me increpa Vasile.
—¡Calla, joder! No… no… me descon… centres, Vasile, ¡que estoy a pun… to de correr… me! AHHHHH. ¡O te ca.... llas y te esperas o me co… rro en tu cara!
Cierro los ojos por un instante. Ya casi, ya casi… La saco y me corro encima de la túnica de la mujer. Suspiro. Guau, qué locura, pero me ha dejado reventado, madre mía. Estoy ya mayor para hacer estas cosas. Bebo agua de una botella que hay en el suelo y recupero un poco la compostura.
—¡Venga, Vasile! Ahora dale tú.

ESTÁS LEYENDO
~ Una Más ~
Ciencia FicciónSamira, es la madre de tres hijos, embarazada de un cuarto y casada con un hombre egoísta y ruin, que solo la ve como objeto de placer y servidumbre. Pese a su juventud y las ganas de ver crecer a sus hijos, una enfermedad arrolladora atacará repent...