No se puede huir del destino, como tampoco se puede huir del amor.
Tendrías que arrancarte el corazón, pero entonces, estarías muerto.
El cese de nuestros corazones es el fin de nuestro amor.
🍂
🍂
☀️Cabeza de Spaghetti:"Disfruté muchísimo de nuestra cita de hoy... y otras cosas 😉"
"Gracias por esforzarte 💕"
"Espero con ansias el próximo 👀"
Nico sonrió cuando vio el mensaje. Su corazón habitualmente frío, como las patas de un pingüino (como solía molestarlo Caronte), se entibió dulcemente hasta que toda la sensación se extendió por sus miembros ya, enlaguecidos después del sexo. Luego dio un giro y un pequeño saltito que jamás haría enfrente de otros individuos con tendencia chismosas y se dejó caer de espaldas sobre su cama para finalmente, quedarse mirando el techo de su habitación con una expresión llena de deleite. ¡Ah!, estaba soltando toda esa mierda rosa a su alrededor, casi podía verla flotar con sus indecentes ojos en forma de nubecitas, ¡pero qué más daba! Estaba jodidamente feliz.
Se preguntó si Will, de vuelta en la seguridad de su hogar, estaría también como él: acostado, con la mente relajada, rememorando cada detalle del día, y cada palabra, y la sensación de sus cuerpos entrelazados, junto con las promesas. Buscó su celular a tientas sobre el colchón, apenas lo encontró, estaba a punto de contestarle los mensajes a Will, cuando una llamada abarcó toda la pantalla, frustrando su objetivo. Ni siquiera ocultó la molestia en su voz cuando aceptó la llamada, y dijo:
—¿Qué quieres Drew?
—¡Vaya!, resuelto el negocio entre ambos y ya vuelves a tratarme como la mierda. Siempre supe que eras un hipócrita, pero el alcance de tu descaro es de admirar. ¡Es tan grande como tu belleza! —se echó a reír con fuerza—. Oye, al menos finge un poquitito que antes no me hablabas bonito por interés, ¿eh?
—¿Para qué? Ya lo sabes, ¿no? —señaló Nico en tono indiferente, y sin ningún ápice de vergüenza mientras se estudiaba las uñas. "¿Debería pedirle a Hazel que me las pinte en negro?" "¿Cómo le hago para que parezca su idea?" Se preguntó distraídamente. Luego recordó la existencia de Drew, cuando la escuchó reír más y regresó su atención a ella—. ¿Y? ¿Ocurrió algo en la reunión de hoy? Di lo que quieras y vete al diablo.
Drew chasqueó la lengua. Murmuró algo ininteligible y probablemente ofensivo, y después, habló:
—El doctor murió. Lo mató mi padre de un balazo en la cabeza.
—Pobrecito.
—Sip —hubo una pausa, como si esperara una reacción más dramática de su parte. Quizás algo que denotara culpa, sin embargo, a Nico no podría importarle menos el final de un hombre ambicioso que había tomado malas decisiones. Nico había sido, solo el último puentecito para llegar a su tan predecible destino. Drew, al darse cuenta que no obtendría más, continuó—: ¡Oh! Y creo que tu padre sospecha de ti.
Aquello sí obtuvo una reacción de Nico. Se sentó de golpe sobre su cama, la mano que sostenía el celular se apretó tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos. Su voz era peligrosa:
—¿Le dijiste...?
—¡Por supuesto que no! —Lo interrumpió rápidamente Drew, muy ofendida—. Solo fue algo en su mirada... Un presentimiento, ya sabes. Las mujeres sabemos de eso. Ojo de loca no se equivoca.