— ¡Hey! ¿No nos conocemos ya? — Inquirió Leo, al joven robusto y de semblante dulce que se puso delante de nosotros, quien parecía no poseer imperfecciones típicas de un adolescente normal en el rostro . — Me tienes una cara conocida.
Después de salir de la oficina de Ares, (aliviados y algo temblorosos) y (cada uno llevando indicaciones escritas en una hoja, las cuales debíamos seguir obligatoriamente si no queríamos ser expulsados) inmediatamente nos encontramos con Luke y Dylan, cuyos engendros metiches habían estado escuchando disimuladamente detrás de la puerta, todo el tiempo que estuvimos allí. Luego, al pasear un rato por ahí para conocer y acostumbrarnos al entorno, un chico de rasgos asiáticos con brazos el doble de grandes que los míos (el ya mencionado) se nos acercó voluntariamente con una sonrisa amable; dispuesto a ayudarnos.
Leo tenía razón, en algún lado yo también ya lo había visto, pero con mi memoria de pez, me era imposible recordar.
— Me llamo Frank Zhang, soy el hijo y el empleado sin paga del director del Gimnasio. — Le responde a Leo con un aire divertido, mientras me saluda rápidamente con un apretón fuerte de manos. —También soy de Goode, pero vamos en diferentes secciones. Nos cruzamos un par de veces por los pasillos.
— Ahh, con razón. ¡Entendido! Mucho gusto, Franki Du. — Le dice Leo en tono bromista, a la par que le pasa la mano, y el chico se la estrecha mientras suelta una desganada risa algo oscura; y por la repentina aparición de una mueca de dolor en el rostro de Leo, algo me decía que el apretón de manos estaba siendo más fuerte de lo necesario. — Bien, sé que mis manos son súper suaves, viejo. Pero ya puedes devolverme la mano.
—¡Claro! Solo no vuelvas a llamarme así, — el rostro de Frank, no pierde su semblante afable y su sonrisa azucarada al amenazar. — y no sufrirás de extraños accidentes mientras estés aquí, duende.
Dicho eso tan abiertamente, finalmente suelta la mano de Leo, y éste, deliberadamente, se la frota suavemente con su otra mano, como tratando de quitarse los calambres que le habría dejado Frank. La piel alrededor de su mano, también estaba algo rosada. Luego de retroceder unos pasos hasta estar cerca del seguro y gentil Will, toma el valor para mandarle una mirada recriminadora al asiático, (tiene ojos chinos) quién finge ignorancia y lo deja a segundo plano para dirigirse hacia mí.
— ¡Ge—nial! — Suelta Luke con un bufido divertido, antes de que Frank pudiera decirme algo. — Leo haciendo amigos como siempre.
— Ustedes deben ser Luke, y Percy Jackson, — nos nombró a los dos con facilidad, dejándome algo sorprendido. — Mucho gusto en conocerlos, ¿cuáles son las indicaciones que les dieron mi padre para el primer día?
— Espera, antes de eso, ¿cómo es que me conoces?
— Hay más chismes que hablan sobre ti, que sobre las chicas del instituto que se embarazan cada año. — Contó, encogiéndose de hombros, como si no fuera la gran cosa. ¡Pero por qué las personas no se meten en sus asuntos! — Que decirte, los Thompson te dan muy mala fama.
Al decirlo, todos nos giramos a acribillar con mala cara, al Thompson que está presente entre nosotros, especialmente Luke. (Aunque él siempre lo mira mal). Dylan, quien se encontraba muy concentrado en tratar de quitarse una piel suelta de sus dedos, alzó la vista al sentirse atacado visualmente por todos. "¿Qué? Nos inquirió confuso, y mi mejor amigo aprovechó ese momento para darle un sopetón en la cabeza.
—HEY, sus imbecilidades no son mi culpa.— Se quejó, dando un paso lejos de él mientras se sobaba la parte afectada. — A mí tampoco me agradan. Ahora por favor, vuelvan la atención al Percesito, él es el único protagonista de la futura transformación aquí. Gracias.