"Tonto Percesito, debiste huir cuando tenías la oportunidad".
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Percy Jackson, siempre había sabido que tenía una asquerosa suerte que lo condenaba la mayor parte del tiempo. Pero, jamás se le había ocurrido que podría llegar hasta estos extremos en donde su vida casi corría peligro, en una pequeña cabaña alrededor de un montón de cebos para pescar y con una muy mala iluminación.
Y luego recordó a Gabe y los diferentes escenarios en los que estuvo a punto de morir a manos de ese animal, y se dio cuenta que siempre estuvo propenso a sucumbir de una forma muy, muy humillante y violenta. Así que, no era la primera vez (este hecho tampoco lo reconfortaba). En este punto de la vida, pensarías que estaría muy acostumbrado a estas situaciones. Pero no, uno nunca está preparado para estás situaciones.
- Le repetí una y otra vez que se detuviera pero él no me hacía caso. - Decía Abby con voz estrangulada, sus falsas lágrimas habían arruinado todo su maquillaje y ahora ya no lucía tan bonita para Percy como hace unos minutos. - Entonces él muy enojado, me agarró y, y..., me arrancó la blusa y...
- Shhh, ya pasó, amiga. - Dijo Nancy, consolando a Abby, dándole palmaditas en la espalda y pequeños besos en su frente.- Ahora ya no podrá tocarte, todos vamos a protegerte de ese asqueroso hombre...
- De acuerdo, es suficiente. - Percy interrumpió a Nancy. Trató de controlar su respiración y alejar el temblor de su voz por la impotencia. - Abby, Dioses, no puedo creer que estés tratando de inculparme...
- ¡CÁLLATE YA, CÁLLATE! - Lo cortó a gritos, sollozando y temblando descontrolada. - ¡No me vuelvas a hablar en tu vida! ¡Esto me gano por ser buena persona! ¡Esto!
-¡Prácticamente fuiste tú la que estaba intentando violarme! - Exclamó Percy indignado sin poder contenerse. - Intentabas hacerme callar, metiéndome la lengua hasta mis orejas...
Pronto se arrepintió de sus palabras. Cuando todas las personas de la habitación excepto Dylan, empezaron a reírse con burla. Percy se dio cuenta de lo patético que había sonado al haber dicho eso. ¿Qué clase de hombre se quejaría por casi ser violado por una sensual chica? Definitivamente, no uno de la actualidad.
- Eres un cobarde. - Le contestó de vuelta Nancy. - Al menos deberías tener la decencia de admitir tus aberrantes pecados...
- Mira quién lo dice, Miss hipócrita de New York. - Escupió el azabache, derramando sarcasmo de sus palabras.
Dylan tosió para ocultar una carcajada, pasó la palma de sus labios para borrar su sonrisa y fingió ignorar la mirada acusadora que le dirigía Nancy. Mark estaba detrás suyo, sonriendo con mofa en silencio sin siquiera chistar. ¡Qué dijera algo! Percy les contaría a... todos... Pero, luego se le ocurrió, ¿quién le creería?
- Ella estaba tratando de convencerme para que no dijera nada... Sobre que ella, Nancy y Mark. Habían planeado grabar y violar a Miranda...
De nuevo las risas y silbidos lo interrumpieron de seguir hablando, Percy soltó un resoplido exhausto.
- ¿Y dónde está Miranda entonces? - Preguntó Trey, fingiendo que miraba cada rincón de la habitación con exagerada curiosidad. - ¿Se escondió dentro de esos barriles? Mark, ¿no habías dicho que tu novia se había largado hace varias horas?