La peste del hombre

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Quién sea yo, no ha de importarte.
Cuáles sean mis intereses, ha de serte indiferente.
Qué no te importe el autor.
Solo aprecia mi escritura y el sentimiento que te brindo.
No soy nadie.
Solo historias.

Att: Amer.

Previamente en el capítulo anterior.

- ¿Por qué me dices todo esto? - Pregunté a Dylan, dejando relucir la desconfianza y la duda en mis palabras. - ¿Y cómo es que puedes hablar con tanta seguridad?

- No esperes conseguir algo noble y sincero de personas que carecen de ello.

~~~~~

- No. Luke. - Corregí paciente. - Él debe estar vomitando tequila por la nariz ahora mismo.

- Uno peor que el otro. - Soltó Nico, rodó los ojos y suspiró mientras volvía a cerrar la puerta usando fuerza de más. - ¿Sabes dónde está? Hablo de Percy, Luke me importa un cereal.

Los gritos cerca del lago sonaron a una respuesta dirigida para el italiano.

- Mi padre conseguirá un chisme mejor que de lo esperado.

●●●●●

La noche apestaba a hombres alcoholizados y a césped lleno de orina. Cortesía de los ebrios que habían decidido apostar entre ellos, horas antes, por quién orinaba más lejos que el otro. La música provenía del equipo de sonido de una camioneta estacionada a pocos metros del lago, y las mujeres bailaban alrededor de este despampanantes, utilizando sus encantos femeninos para entretener a los hombres.

[N.A: Comenta un corazón azul💙 si no me has abandonado. O un corazón verde 💚 si estás enojada por irme tanto tiempo, pero no me dejarás porque soy bien viciante :'v]

Tenía una botella de cerveza medio llena en mis manos, lo más alejado que podía de mis orificios nasales, ya que cada vez que el viento sureste soplaba en mi dirección, tenía que hacer un esfuerzo titánico para no vomitar del asco. El olor a alcohol era increíblemente insoportable para mí, (por ciertas razones muy obvias) tenía ganas de tirar la botella y hacerla trizas contra un martillo. Pero supongo que si hacia eso, algunos me mirarán un poco mal. O al menos peor de lo que ya lo hacían la mayoría.

Empecé a inspeccionar lentamente mi alrededor. Habían improvisado un tipo de escenario para bailar en medio del jardín a pocos pasos del lago. Algunos chicos se diviertan manejando las motos acuáticas de Drew Tanaka, y luego estaban los chicos como Luke, que conversaban gustosos entre grandes grupos de hombres como si todos fueran amigos desde siempre. Y finalmente, estaban los chicos solitarios y marginados como yo, sentados sobre una manta rosa chillón (perteneciente a una porrista) extendida en el suelo, mientras Abigail bailaba enfrente de mí con Kelly y Tammy de forma provocativa.

- ¡¡Percy ven!! - Me ruega Abigail, poniendo boca de pato. - ¡¡Ven a bailar conmigo, vamos!! No me dejes aquí solita.

Los chicos de a su alrededor al oírla, soltaron risas burlonas y estupefactas cuando vieron que me hablaba a mí. Yo podría decirme como consuelo que solo se reían porque estaban demasiado ebrios o demasiado drogados, (o tal vez las dos cosas) para tomar algo en serio. Pero presentía que igualmente sobrios estarían riéndose. Daba igual, al final de la noche, seré yo quien ría cuando ellos estén ahogándose en medio de sus vómitos.

No te escondas del Sol, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora