No dejes spoilers del libro de Apolo. Por favor. Si lo haces, deja la advertencia de Spoiler. Seamos personas maduras, y prudentes.
Disfruta la lectura. ¡Quiero mínimo 800 o 1k de comentarios, xd! 🥰
🍂 🍂
El amor no sólo le pertenece a los amantes. Dos buenos amigos, tambiénpueden amarse de forma pura. Es el regalo de la amistad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La fiesta de cumpleaños de Will inició, recibiendo una salvaje nalgada por parte de Cecil.
—¡Toma! Tu primera nalgada a los diecisiete años, y propinada por la palma de mi mano— dijo después su mejor amigo, fingiendo secarse una lágrima de la mejilla con gran dramatismo—. Me alegro de que algunas cosas nunca cambien.
Will, que había estado tomando un trago de caipiriña para comprobar que había puesto la cantidad suficiente de hielo y limón, dejó el vaso lentamente sobre la encimera de su cocina, para enseguida, desplazar sus ojos hacia la figura de vibras asesinas que oscilaba alrededor de las paredes, como hilos invisibles de oscuridad que deseaban estrangular a su mejor amigo. Nico di Angelo, sentado elegantemente sobre el borde de su mesa rectangular, estaba lívido, y cuando habló, parecía que sería capaz de abrir el suelo debajo de ellos con solo el poder de su voz.
—No vuelvas a hacer eso— le advirtió a Cecil, ladeando su rostro como un jaguar antes de arrancar tu cuello.
—Excusame, my lord— devolvió Cecil agudamente, girando, y levantando el dedo índice en su dirección—. ¡Pero yo conozco esas nalgas querubinas desde que tengo uso de razón, por lo que déjeme informarle, es usted incompetente, para decirme lo que puedo o no puedo hacer!
Así que, de ese modo, el cumpleaños de Will transcurrió, con sus dos chicos favoritos, enfrascados en una calurosa conversación sobre quién debía conservar los derechos legítimos de su trasero. Aunque, secretamente, y dándole una sólida inmunidad, Will apoyaba a Nico, como el dueño y señor para el uso y goce libre de sus humildes nalgas, sin importar el dónde, cuándo, y cómo. Will ya se lo había entregado desde el primer besuqueo que se habían dado, y desde lo más profundo de su alma, no tenía ningún remordimiento sobre ello.
Will sonrió para sí mismo, y a continuación, con cuchara en mano, se agachó hasta ponerse en cuclillas, para empezar a revolver la bebida que había preparado en el interior de una conservadora, lo suficientemente grande para que sus amigos se achisparan un poco. Will estaba muy orgulloso de su logro, la caipiriña era una bebida brasileña que su amigo Paolo, el barman de una de las discotecas de su padre, le había enseñado hacer en sus ratos libres, y no había esperado que le saliera bien en la primera oportunidad. Así es, si la carrera de medicina fracasaba para Will, ahora él tenía otro plan escape.
