Desnudando el alma

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Sí, tenía todo el derecho de estar trastornado y más. Entonces, mis ojos finalmente reaccionaron e impactaron con la penetrante mirada que me daba Mark a pocos metros de mí. Lo odié hasta el último pelo de su cuerpo. Lo odié tanto que delante de mis ojos me imaginé que moría desangrado por mis manos, y me regocijaba con el resultado.

La ira me consumió en un segundo, y dejé que fuera él, el que guiara mis movimientos a partir de ahora.

- ¡¿Qué demonios estás haciendo, basura?! - El grito que había soltado Percy Jackson fue iracundo y poderoso. Los presentes de la habitación (aunque no lo admitirán jamás) habían sentido un fuerte escalofrío recorrer desde su espalda hasta la punta de sus dedos. Un mal presagio cayó encima de ellos y aunque intentaron ignorarlo, el mal sabor se había impregnado en sus bocas.

Percy agarró a Mark del cuello de su camisa y apenas lo sostuvo, empezó a zarandearlo violentamente. La respiración del azabache era irregular y sus puños se apretaban con tanta fuerza que sus manos se estaban poniendo morados. Las chicas sentadas en el suelo sujetando botellas de cerveza, empezaron a reírse por estar demasiado ebrias. Otro tipo estaba sentado sobre un bote y Nancy sujetaba a Miranda férreamente.

- ¡¿Hey, pero que demonios te pasa?! - Se acercó hasta él uno de los amigos de Mark, sin embargo, el tipo se lo pensó bien antes de intentar ponerle una mano encima al chico de ojos tormentosos. Aun así, insistió en gritarle.- ¡Suéltalo! ¿¡Qué crees que estás haciendo?

El tipo estiró una mano como para apartarlo, pero antes de que lo tocara, Percy apartó su mano de un golpe tan fuerte, que el chico soltó involuntariamente una mueca de dolor.

-Maldito loco... - Escupió molesto. - Sí quieres puedes unirte a nosotros, pero no hagas problemas...

- ¿QUÉ?

La joven observó con ligera admiración como aquellos ojos que siempre se veían pacíficos y serenos, despertaban de un momento a otro, amenazando con ahogar a todos los miembros de la cabaña con su increíble furia. Sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente, pues la emoción la embargaba de sobremanera por la valiente reacción del joven que siempre había pensando que era un tontuelo. ¡Pero que arrepentida se sentía! Incluso se arriesgaba a pensar que era el chico más valeroso que se encontraba en toda la ciudad.

- ¡¡Suéltame bastardo!! - Devolvió de vuelta Mark con indignación, sus pies trastrabillaban y sus manos intentaban desesperadamente evitar que las manos de Percy alcanzarán su cuello. - Éste no es tu jodido asunto, el problema que tengo con mi novia es solo mío y de ella...

- ¡Ya no soy tu novia! - Aulló Miranda al instante. Por efecto, una de las chicas sentadas en el suelo, le propinó una patada en su tobillo, haciéndola trastrabillar y casi perder el equilibrio. Miranda la fulminó sin temor. - ¡No me vuelvas a tocar nunca más en tu vida! ¡¿Oíste?

- Deja de lloriquear, tonta. No te hemos hecho nada...

- ¿Entonces por qué mierda hay un montón de subnormales contigo en este lugar? - El puño de Percy impactó contra la mandíbula de Mark, Miranda soltó un respingo involuntario al presenciarlo. No la malentiendan, internamente se regocijaba que estuviera causándole daño a ese imbécil. Sin embargo, se preocupaba por que Percy sufriera las duras consecuencias por ello. - ¿Por qué demonios ella luce rota al igual que algo de su ropa?

- Pregúntale eso a esa Zorra. - Rezonga Mark. - Fácilmente se habrá quitado las bragas delante de Dylan esa facilonga.

No te escondas del Sol, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora