Primer lunes, primer día de clases en el instituto como alumno de quinto, y la suerte recibía a Percy con su primera patada en las bolas:
—Tu nombre no está aquí... — exclamó Luke patidifuso, leyendo por cuarta vez la lista de los de quinto de la clase B, mientras él asimilaba la noticia con una ligera sensación de horror y aprehensión—. No estás en mi sección... per... pero eso es imposible. ¡Siempre nos ha tocado estar juntos en la misma clase! ¡Siempre!
—Siempre hay una primera vez para todo— murmuró Percy, apartando la mirada de la lista con decepción—. Al menos nuestros salones están juntos, ¿no?
—El salón de la sección B se encuentra aquí, en el primer piso. La sección A en el segundo piso.
—¿Mismo recreo?
— Por preferencia de algunos profesores, a veces dan horas extras para alargar sus clases o hacer tareas— explicó Luke, tenso—. Por lo que cabe la posibilidad de que nuestros recesos se retrasen y no coincidan.
—De acuerdo— los labios de Percy temblaron con una sonrisa— ¿Este es el momento doloroso en el que hablamos sobre: "Darnos un tiempo para conocer a nuevas personas, verdad?" — los ojos de Luke brillaron con furia—. Lo siento, mal chiste.
Se hallaban de pie delante de un tablero de anuncios, el cual la secretaria del instituto lo había llenado con afiches y la lista que anunciaba los miembros para cada sección. Luke, como cada año, había traído a Percy en su auto y como era lo habitual lo había arrastrado hasta aquí para verificar la lista; que cabe agregar era inquebrantable. No importaba cuánto lloriqueos le presentaras al director para cambiarla, una vez que tu nombre aparecía en dicha lista, no había opción más que acatarla.
A Percy nunca le había importado mucho sobre en qué sección podía acabar, tanto si terminaba solo como si no, de todos modos, él sabía que siempre podía apañárselas solo. Pero este año era diferente, lo sentía en los huesos, y en la mirada despectiva y recelosa que algunos le enviaban al pasar. Incluso ahora, mientras seguía delante del tablero, las personas a su alrededor no se quedaban a su lado para mirar la lista, sino que lo hacían desde una distancia prudencial a sus espaldas, como si al estar cerca de él, implicara un gran peligro o les causara gran repugnancia.
Percy recordó haberle dicho a Luke de camino hacia aquí, que no se preocupara: "Cada año estamos juntos, tranquilízate". Lo daba por sentado. Y entonces, ¡sorpresa, sorpresa! Su nombre no estaba en la misma lista que el de Luke. ¿Justo en el año que más lo necesitaba? ¿Cuándo más necesitaba un aliado, un amigo, un soporte para aplacar un poco su ansiedad? Por supuesto, Percy no esperaba menos de la vida que lo amaba tanto.
—Sabes, presiento un largo año para mí, luciendo la parte trasera de mi pantalón manchada de pegamento o cualquier líquido de extraña procedencia que a mis compañeros le parecerá gracioso derramar en mi asiento— dijo, dejando vagar sus ojos por el pasillo atestado de gente con aburrimiento—. ¿Creen que tengan piedad por mi ropa nueva? — Percy formó una sonrisa burlona—. No, que va, será un incentivo mejor dicho.
—¿Por qué mierda te han puesto en la sección A? — lo ignoró Luke, moviendo su atención para observar la lista mencionada. Alzó un dedo, y lo movió a la par que leía en voz alta los nombres en el papel—. Travis Stoll, Connor Stoll... claro que esas cucarachas están juntas... Will Solace, Rachel Dare y...
Se calló abruptamente. Percy lo miró, el rostro de Luke se había tornado repentinamente de un tono verdoso, como si fuera a vomitar ahí mismo.
—¿Qué pasa? ¿A quién encontraste? — interrogó. Luego se acordó de "alguien", y formó una sonrisa sarcástica—: Déjame adivinar, mi mejor amiga Abby Chensen está en mi clase, ¿no?