"03"

953 88 6
                                    

Narra Fabián Hoffman

La veo helada en su sitio. El tiroteo en la casa de los Evans fue algo muy extraño y que ahora nos informen del contrato. No confío en su decisión de vender a su hija pero si así lo están haciendo no voy a protestar, el que necesita la esposa soy yo y está es la oportunidad

—Yo... —ella está en shock y yo me mantengo con el ceño fruncido

—Señor Evans —le llamo —Vendremos luego —miro a Grecia —Hasta que su hija haya tomado una decisión respecto a esto —ella me mira por un instante

—Me retiro —sale del despacho

—¿Por qué dan la noticia de esta forma? —pregunto y mi enojo es notable

—Fabián —advierte mi abuelo

—No. Fabián nada, a su hija casi se la llevan y usted decide casarla rápido, se que esto me conviene pero no creo que ella esté en condiciones

La señora Evans suspira y mira a su esposo

—Es mejor decirlo cariño —el señor Evans bufa y tarda unos segundos en responder

—Si metí a mi hija en esto es para protegerla...mi hija corre peligro aquí, esos tipos que invadieron mi propiedad hoy vinieron a darme una advertencia

—¿Está en negocios sucios? —habla mi abuelo —Por Qué si es así déjame decirte que...

—No...Un hombre me guarda rencor por... —mira a su esposa y ella le súplica con la mirada —Por Elena, ya le hizo daño a mi hija una vez y no puede volver a pasar

—¿Daño? A qué se refi...

—Basta - dice la señora Evans —Esto es todo lo que debe saber señor Hoffman, acepta la mano de mi hija?, ¿Para mantenerla lejos? Lo hacemos para que no se vuelva a repetir una tragedia

Miro a mi abuelo y luego a los señores Evans, tampoco puedo casarme con ella a la fuerza. La señora parece suplicarme con la mirada, pero hay cosas que no resuelven así, hay que aceptar que por el hecho de que se case conmigo no significa que seré un guardia

—¿Usted piensa que casarla conmigo va a protegerla?

—Así es, en este momento no importa lo que ella quiera es por su seguridad, además ella no debe saber todos esto —da por hecho el contrato —Usted vive en Canadá, ella lejos podrá dejar de atacar a mi hija

—Escuché señor Evans, me casare con su hija, pero no seré su protector, seré su esposo y la llevaré lejos de aquí, sin embargo no le prometo nada —él asiente

—Es mejor que nos vayamos —habla mi abuelo —Vendremos en un par de días y hablaremos

Ellos asienten y salgo del despacho sin siquiera despedirme, esto es algo que debo pensar claro

Pasamos por la sala a la salida y veo a Luca, el hijo mayor de los Evans, junto a él una mujer embarazada. Pasa por mi lado ignorando mi presencia y la mujer me saluda con la cabeza

Llegamos a la salida y una muchacha nos abre la puerta, salimos de la mansión y atravesamos el jardín para ir a la camionetas

Voy con pasos firmes hacia el vehículo hasta que escucho sollozos, mi abuelo me dio una mirada y vimos el jardín. Mi vista cae en ella, su cabello hecho una cola despeinada, sin zapatos y mejillas rojas

Mi abuelo se acerca a ella y yo voy detrás, nota nuestra presencia y sus ojos color verdes se cruzan con los míos

—¿Te encuentras bien? —dice mi abuelo sentándose a su lado

Ella asiente y seca sus mejillas con el dorso de su mano

—Yo...se que no es el momento pero —me mira y mi abuelo continúa —Espero que aceptes el contrato —le regala una pequeña sonrisa —Vivimos en Vancouver, es una hermosa ciudad

Ella sonríe levemente y puedo ver sus pequeños hoyuelos

—Es hora de irnos —digo rompiendo el momento. Ella me mira —Hasta luego, Grecia

—Hasta luego, Fabián


Narra Grecia Evans

El señor Campbell y Fabián se van dejándome sola en la oscura noche, y yo solo puedo que no puedo casarme, él es un extraño

Te salvó la vida hoy

Si, me salvó hoy pero no por eso me casare con el

Deje la universidad hace un año por mí paz mental, deje todo por miedo y no quiero casarme e irme a vivir en otra ciudad que no sea Los Ángeles, pueden hacerme daño en cualquier parte

Froto mi rostro con frustración y suspiro profundamente, oigo pasos detrás de mí y volteo, encontrándome con la mirada de Celeste y mi hermano

—Hermanita —Luca se sienta a mi lado y me abraza —Todo está bien

—No. —niego —Me quieren casar Luca —contengo mis lágrimas —No quiero

—Es por la empresa. —dice y me levanto del asiento viéndolo a los ojos atónita

—Tu...tu quiere que...que yo me

—Grecia —miro a Celeste —Por la empresa, además serán 24 meses solamente

¿Creen que un contrato como ese traerá cosas buenas?

—¡Pues 24 meses son 2 años! —grito —No crean que "24" meses pasan volando

—Lo se —veo a mi cuñada y amiga —Pero velo de esta forma: Puedes empezar de cero en otra ciudad, ser independiente, ser tu misma, solo serás una esposa de revista y ya

—Celeste tiene razón —lo fulmine con la mirada —Dejaste la universidad aquí por qué dijiste tener miedo, bien, dejaste de tener vida hermana, y solo tienes 20. Si te vas es como dice Celeste, es un nuevo comienzo

Junto a ese hombre

—Pero...pero ¿Yo qué?

—Tú salvas la empresa y construyes tu vida —oigo la voz de mi madre

Me aguanto las ganas de llorar ¿Cómo mi familia me hace esto? ¿Por qué?. No es justo

—Me voy —los dejo en el jardín y me voy a mi habitación

Una vez en ella me tiró en la cama y lloro, limpio mi mejilla y me quejo por lo bajó ya que en esta, está adolorida por el golpe de aquel hombre

Lo único que recuerdo de esa noche, y ese hombre, sus ojos, esa noche me atacó por detrás y me tiró al suelo, pero pude oler su perfume y el color de su ojos, color miel claros y olor a perfume muy costoso, tenía una barba gris y el cabello rapado

Su sonrisa

Es como la de Fabián...

Pero la voz de Fabián no tiene nada parecida a él tipo que me violó esa noche, ese hombre era muy alto, Fabián me salvó la vida

Entro en el baño y me ducho para así ponerme una pijama grande y dormir, o eso intente...

Una Vida a tu Lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora