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Narra Grecia Evans

—Nos vamos a divorciar

Y entendí su rara actitud y mi extraña sensación en el estómago.

Me levanté de la cama y lo mire sin comprender ni un poco

—¿Cómo...por... porque? Fabián —no me miraba —Dime

Me arrodille frente a él para intentar conectar su mirada miel con la mía. Me tomo de las manos y me levanto enseguida

—Lo que te digo. Te irás a Los Ángeles

—¿Por qué? —mis ojos se humedecieron

Cerró los ojos y le dió la vuelta a la cama, quedando lejos de mi

—No lo entiendo...yo... —rompí en llanto —No puedes hacerme esto...

—No quisiera pero...

—¡Entonces no lo hagas! —grite —Nos amamos, otros no pueden separarnos

—¿Qué precio hay que pagar para estar juntos? —dijo, su mirada también estaba humedecida

—No lo hagas Fabián... No me dejes

Negó 

—Mañana... Te vas —mi corazón se rompió —Si estar lejos de mí puede protegerte, lo haré

Intente acercarme pero salió de la habitación rápidamente, sin darme oportunidad a nada más

Me quedé quieta en un solo lugar, sin moverme, tratando de asimilar

Solté un llanto, uno que me salía del corazón. Me tiré en el suelo y lloré, me dolía mucho saber que quería esto, separarnos... Después de que lo amo tanto

Lloré tanto que perdí la noción del tiempo...

[...]

—Grecia, Grecia —abrí los ojos lentamente, los cuales me dolieron al hacerlo

Miré a Alana y Amelia frente a mí, me senté en el suelo y froté mi rostro. Me puse de pie y eché mi cabello hacía atrás nerviosa

—¿Estás bien? 

—¿Dónde está Fabián? —pregunte enseguida —¿Está abajo? Tengo que hablar con el

Alana me tomó del brazo y me sentó en la cama junto a Amelia. Ella me abrazó y suspire

—Sabemos lo que pasó —dice Amelia —Estamos contigo

Negué y se creó un nudo en mi garganta

—No quiero que nos separemos —dije con la voz ya quebrada

—También tienes que entenderlo Grecia, el sufriría demasiado si te pasa algo más te ama demasiado —dijo Alana

Negué 

—Pero ¿Y si yo no quiero irme? ¿Y si me quiero quedar a su lado?

—Grecia sabes que ese hombre no los va a dejar en paz, si te quedas como la esposa de Fabián, ya sea tu o él pueden terminar muertos —habló Amelia firme

—Pero...

—Pero nada Grecia. Lo hace por tu bien

Me levanté de la cama indignada

—¡No quiero que hagan nada por mi bien! ¡Es mi vida! ¡Yo quiero quedarme aquí! ¡Con mi esposo! ¡No voy a irme! —dije molesta

—¡AY! —mire a Amelia quien gritó un poco  

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