Irregular.
El calor de Perxia arrasaba constantemente mi espalda, muy diferente a Paraz y los frios húmedos que acostumbré en las guerras que lidere con mis soldados. Acomodé las cartas que recibía de la princesa, a veces solia leerlas de noche junto a la correspondencia usual de Arcos, incluso el principe solia hablar de vez en cuando, apreciaba el gesto porque era un niño por esencia mucho mas frío que su hermana gemela, todas aquéllas las atesore en mi corazón. Una carta nueva había llegado con el sello real para ser directamente enviado a Asteritas Itzain Shalie.
En Perxia era como estar en guerra constantemente comparado a la tranquilidad del palacio donde provenía. Graciosamente al niño que vine a proteger y cuidar se adaptó de forma majestuosa pero también se hizo misteriosamente más agresivo, una parte de ello venía probablemente a esta reclusión.
—Principe.
Saludé formalmente al principe. Sus ojos no se asemejaban al de mi princesa por mucho que vinieran de la misma dinastia, eran abismalmente distintos y su profundidad me lo confirmaba. Recordaba el claro de sus ojos como cristales de la verdad pero en el príncipe solo se veían con un misterioso brillo que era llamativo y exótico.
—Zakya.
No podria quejarme de nuestra relación que se tornó más estrecha con el tiempo, una vez incluso creo haber escuchado una confesión de que era preferido por el príncipe debido a que era amado por la princesa santa. Como un vil descarado me avergonzaba admitir que sentirme amado era algo que me llenaba el pecho. Había respeto, afecto y cercanía en ambos.
—Ha llegado una carta particular de Paraz para usted.
No sé en que momento él había crecido tanto para llegar a mi altura y obtener esos rasgos tan maduros, debería esperarlo de un hombre de 22 años pero aunque haya crecido frente a mis ojos sigue siendo desconcertante. Como habría crecido aquella hermosa jovencita, seguro debe haber florecido tan precisamente como un tesoro nacional, aunque solo pueda imaginarme su pequeño cuerpo que se movía con efusividad y ternura haciendo bailar su vestido con el sonido de sus tacones bajos.
—Afuera.
Una sola orden o un ademán de su mano hizo que los hombres en sus oficinas se retiraran. Se habia hecho fuerte también, y la gente que no lo respetaba por su sangre lo hacía por su fuerza. Ni siquiera yo podria medir su poder en este instante y era cauteloso con eso.
—Léelo, por favor, y sáltate las introducciones que debo seguir con el trabajo.
Podría decir que era al unico hombre al que se refería con respeto entre todos. Tome la carta y la rompí leyéndola con una voz monótona y clara.
—El imperio se encuentra profundamente agradecido por el duro trabajo que ha realizado el príncipe y considera que debido ya ha completado su labor en Perxia pide la vuelta del tercer príncipe Asteritas Itzain Shalie a Paraz nuevamente.
Mi voz empezó a perderse porque no creía lo que leia y note como la pluma entre las manos del príncipe se rompia tirando la tinta sobre sus papeles.
—Hay una carta más en el sobre, príncipe.
Mi pecho empezó a latir tan fuerte que creí se estropearía.
—Leo.
No parecía dispuesto a tomar el papel en sus manos y miraba la profundidad de su oficina envuelto en sus pensamientos.
—Es del emperador de igual forma, solo que parece ser más informal, es corta. "Han habido muchos altercados en el imperio últimamente, necesito la fuerza de Zakya Halev para proteger a la princesa de los malditos depredadores y aunque sé que no soy digno, espero ver a mi hijo y tu abuelo tambien desea verte otra vez".
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Depredador. [+18]
RomanceNikolai Dail Xiarax era un Emperador sádico egoista y contundente con cada mujer que hubiera estado en su cama. Lo sabia porque lo cree con mis propias manos. Ariadne Itzbella Shalie era una princesa santa que fue amada por ser la mujer más hermosa...