[D] Capítulo 32: Mala reputación.

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Mala reputación.

El salón se torno tenso por mis propuestas. Era algo atrevido de mí parte intentar este movimiento pero no lo dude demasiado. Tengo millones de formas para ir a Karax, incluso permitiendo que Nikolai me rapte.

—Enviar a nuestra propia princesa a un lugar hereje…

—¿Cómo se atreven a esperar tal resolución? Hace bastante tiempo acechan al tesoro santo.

—La princesa no está capacitada para esta misión tan importante.

—Pero la unión es importante para nuestro pueblo…

Multiples criticas fueron y vinieron descuidandose de la fiera mirada de mi familia.

—La princesa no tiene porque hacerse cargo de un fallo capacitador de la santa sede.

La voz de Astrid dominó con fiereza el salón como un león joven rugiendo para apaciguar bullicio, y si él era un león joven, mi abuelo era un león en letargo que se levantó de su descanso para poner orden.

—Una misión de tal magnitud es tan riesgosa que sería estupido llegar a tales límites.

Estaban en contra de mí sin escrúpulos. Mire a mi abuelo recordando quien era que pedía tal extrema expedición.

—Como dice el honorable Duque Lailo, enviar a la joven princesa de nuestro imperio como representante a una misión desconocida a un lugar riesgoso es una locura.

Verdem era audaz en sus palabras para convencer a todos que tan solo era un disparate de la joven princesa. Me mantuve firme pero con una presencia etérea y elegante como un cisne, delicada como la imagen bendita que debía irradiar, aquella que no se inmutaba ante las críticas.

—El saber diferenciar el deber de mi posición es crucial para poder cumplir con mi propio papel, Marques. Aprecio la preocupacionde los nobles pero mientras mi poder sea el mas fuerte del continente tales encargos son mi responsabilidad. No hablo como la princesa de este Imperio si no en nombre de la santa Ariadne.

Me mostré en calma y con sumo respeto pretendí humildad y devoción para engañarlos. Mire a mi padre, no, todos miraron al emperador en silencio por un juicio. Muchos de los nobles estaban comprados por mi debido a que tuve tratos con sus hijos beneficiandolos. Aunque mi presencia social fue casi inexistente mi valor económico y estratégico en el poder político y económico estuvo rondando por lo bajo debido a mi influencia a los lejos, pero fue un secreto exclusivo entre los nobles a los que apoye y yo misma.

Aunque mantuvo su porte en el exterior, como su hija sabía que estaba sumamente irritado y estresado por la situación repentina que se avecinó hacia él. Solía ser complaciente como hija pero ahora había cosas más importantes por las cuales preocuparse.

—El emperador solicita un receso para dar un veredicto final.

Eso fue lo único que dijo Arcos como ministro después de un susurro de parte de mi padre. La sala se dispersó y tan solo quedó la familia imperial al interior.

—No, es imposible, no voy a permitir que esto suceda, Aria.

Astrid se vio verdaderamente decidido a no dejarme ir de aquí.

—¿Sabes lo que es una tierra hereje? Hija mía, mi Aria, siempre te he mostrado las cosas más hermosas y siempre has visto lo más bello, esos lugares no son para una princesa como la que crié.

Mi padre lucio desesperado y afligido mientras tomaba mis manos.

—No es momento para crecer de esta forma, no subestimo tu santidad pero no pienses que te enviaremos a un sitio tan peligroso.

Depredador. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora