[D] Capítulo 67: Risueña.

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Risueña.

Mi corazón no traiciona.

Pero mi deseo y ambición sí.

Lo sé perfectamente porque mientras que mi corazón es capaz de vibrar de otras emociones, mi cuerpo se hunde en un morboso placer que me sacude el pecho cuando estoy con Nikolai.

No le amo.

Estoy segura que no hay una sola parte de mí que sea capaz de amarlo, pero sin embargo me siento atraída incontrolablemente a él. Quizá sea porque quiero eliminarlo, pero mis ojos no paran de verlo, sus rubíes se ven tan hipnotizantes que sería capaz de robarlos.

Incluso ahora que hemos pasado horas en este carruaje juntos yendo hacia su imperio, no puedo pensar en nada más que en lo complejo que era nuestra "relación".

-Mi abuelo se ha enojado.

Musite, era evidente que no estaría contento de verme con el enemigo. Yo tampoco estaba feliz de tal hecho.

-Somos dos aliados políticos, deberá acostumbrarse.

Pero Nikolai hablaba como si ya estuviéramos sentenciados a estar juntos. Suspiré recostándome en el carruaje. En unas horas estaríamos en Karax otra vez. Frente a Nikolai solo podía preguntarme que tan lejos llevaría este enlace.

-¿Es mi aliado?

Pregunté para reafirmarme en ese hecho, él me miró de forma indescriptible.

-Sí.

Conciso y reservado como la mayoría de sus respuestas.

-Que alegría.

Sonreí con cierta inocencia e ingenuidad como si me hubiera quitado el peso de los hombros. Sus ojos me miraron tranquilamente y me atrevo acercarme a él atraída por su calor.

Y me repetí otra vez;

Por supuesto que no le amo.

Pero algo no me permite alejarme.

-Suelo ignorar que hace feliz a los demás, es fácil verlo de todos modos, pero de todas las personas que he observado, lo que te hace sentir bien, a veces es algo que no puedo ver.

Nikolai siempre tenía un aire agresivo cuando me veía, como si no pudiera evitarlo, a su misma vez, yo tenía un instinto de protegerme de él, pero ahora que lo veo hablar tan monótonamente... puedo comprender que quizás haya más que ver que solo su armadura. Me sentí ansiosa al ser tomada desprevenida por su comentario tan tranquilo.

-Yo aún ni siquiera puedo comprender cuando estas satisfecho conmigo o cuando te disgustare.

Admití con una voz igual de tranquila que la suya. Sus ojos rubíes lucian mas relajados de lo normal.

-Luces ansiosa.

Creo que provocarme algún tipo de angustia era más que suficiente para hacerlo sentir con el poder sobre mí, porque he notado la calma y la voz airosa que posee. Lo mire en silencio.

-A veces me haces sentir así.

Era difícil comunicarse con alguien que me parecía igual a una pared, no me respondería ni se preocuparía por hacerme comprender lo que quiere hacer.

-Que mente débil, pensé que sería más venenosa, Alteza. Desde que vi a una pequeña niña parecida a un santo entregarme a una mujer como ofrenda, espere grandes cosas.

Abrí ligeramente mis ojos ante esa afirmación.

-¿Quieres mi agresividad?

Ni siquiera podía creerle.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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