Amenaza.
Mientras la Sr. Marie parecía satisfecha por mi rendimiento, me concentré en perfeccionar los recuerdos del libro. Escribí cada punto importante y a la vez toda la trama que podía recordar en diferentes idiomas de mi mundo original y las oculté bajo en un recóndito y pequeño pozo en el jardín que me pertenencia en el Palacio de Yvonne, inclusive si alguien se atrevía a entrar era difícil que lo encontrase, y de hacerlo sería imposible que pudiera leer el contenido de las hojas. No sabía que tanto de la trama original podría ser verídica y que tanto había cambiado por sí sólo o por mi interrupción en este mundo.
Al estudiar a Astrid y las cosas que giraban a su alrededor no podía concluir nada más, sólo era un niño dulce y normal, pero era una existencia que yo no había creado en la historia original. Ariadne había sido hija única toda la vida, hasta qué...
-¡Mierda!
Vociferé enfurecida clavando la punta del estilografo en el papel. Me había olvidado de él, "Asteritas", el supuesto hermano mayor de Ariadne. Asteritas era un hijo bastardo de la corona que había aparecido un dia en el Palacio imperial reclamando ser primogénito de Karlo, el Emperador quien fue conocido por haber amado a Yvonne con su vida, enfureció al ver a un joven de 14 años atrevidamente insultar su amor en frente de su hija en un banquete imperial donde se festejaba que Ariadne cumplía años. Sólo los lectores y yo podíamos saber que Asteritas era en realidad hijo del hermano también bastardo de Karlo, aquél que murió abandonado y ocultado por el antiguo Emperador en un sucio lugar, dejando solo a una mujer embarazada y un estorbo creciendo dentro suyo.
Asteritas era atrevido, fuerte y sobre todo inteligente, pero si había algo que reclamarle era su nula compasión. Era un hombre que no amaba ni podía ser amado. Después de la verificación con el templo, para Karlo fue inevitable aceptarlo en el Palacio, aunque nunca fue reconocido como su hijo, todo el mundo lo consideraba su bastardo, su mancha en el perfecto papel blanco. Ariadne que fue llenada de dulces palabras sobre el amor que se profesaban sus padres, se siente incomodada por la existencia de Asteritas, un joven de apariencia ruda que ponía en duda todo lo que le habían contado de cuna, pero nunca en su vida decidió hacer algo contra de él.
Quizá el error de Ariadne fue evitar molestarlo y no tener cuidado con él, no vigilar la amenaza que rondaba su territorio y en vez de eso huir ante la realidad que se le presentaba para no derrocar su perfecta fantasía.
Nikolai fue el inicio de su infierno pero Asteritas fue quien la arrojó a las fauces del León. Cuando recordé a Asteritas, un personaje que fue sólo mencionado en la primera parte de la novela, me sentí frustrada y desesperada. Ya que a diferencia de Nikolai, Asteritas era alguien a quien no podía evitar.Me encogí enfurecida temblando ante la idea de que de pronto un estúpido chico de 14 años viniera a mi.
-Asteritas.
Leí mientras escribía sobre el papel otra nueva sección importante. Él estaría en los barrios bajos, un lugar tan recóndito y sucio en donde en vez de un niño parecería solo los vestigios de una persona. Asteritas no se salvó de nada, quizá los múltiples abusos tanto a su madre como a él lo volvieron alguien que carecia de amabilidad, o las noches sin comer siendo el cenicero de algún hombre en un prostíbulo de mala muerte. Thenia, su madre, no fue buena siquiera en darle de mamar cuando era un bebé, el único mérito que profeso fue sacrificar el bienestar de su cuerpo para darle de comer a su único hijo, y ni siquiera por amor o responsabilidad, sólo porque él era el recuerdo de que alguna vez alguien la amó, a su patético parecer, aquella prostituta hermosa pero arruinada fue alguna vez adorada por un hombre.
-Por favor, entrégale eso a Sir Arcos.
Abrí la puerta de mi habitación y me dirigí a la primera sirvienta que vi establecida para servirme en los pasillos. Ella se inclinó obedeciendo. Sir Arcos era razonable, una persona bastante tranquila que podría convencer a mi padre de no preocuparse si su pequeña hija decide descansar dos días de todo e ir al Palacio de su madre. Aunque todo fuese una mentira. Mientras más apresuradamente vaya al palacio de Yvonne, menos organizados estarán, ya que nadie se esperaría que me quede a dormir tan lejos de mi padre. Me apresure a empacar sin siquiera esperar a que las doncellas lo hicieran a la vez que pensaba los planos que tenía de la estructura. Cuando padre me regaló el lugar, me mostró el papel de posesión con una gran sonrisa preguntándome si sabia que significaba, y luego también me dio un plano explicandome cada habitación con detalle y relatando memorias de él y su mujer en ese lugar.
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Depredador. [+18]
RomanceNikolai Dail Xiarax era un Emperador sádico egoista y contundente con cada mujer que hubiera estado en su cama. Lo sabia porque lo cree con mis propias manos. Ariadne Itzbella Shalie era una princesa santa que fue amada por ser la mujer más hermosa...