Segundo Año

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Draco

El clima frío se estaba haciendo notar en Wiltshire, Inglaterra. El viento corría por los grandes ventanales pulidos de la mansión Malfoy. Cualquier persona pensaría que el interior sería cálido y acogedor, pero la verdad es que el ambiente se sentía más frío y lúgubre por dentro.

Draco Malfoy estaba sobrevolando el gran jardín con su escoba, estaba seguro de que iba a entrar al equipo de quidditch de su casa, Slytherin, gracias a su padre, pero algo dentro de él lo había impulsado a practicar y esforzarse durante todo el verano para demostrar que el merecía su puesto en el equipo.

Levantó la mirada hacia el cielo gris que se estaba oscureciendo. Pronto terminarían las vacaciones y tendría que volver a Hogwarts para el inicio de su segundo año.

Sus emociones estaban partidas a la mitad, una parte de él quería regresar para evitar los hostigos de su padre sobre alcanzar la perfección y seguir su ejemplo, y la otra, no quería porque iba a tener que aguantar a los odiosos hermanos Potter, que se creían lo máximo solo porque eran famosos, además de tener que soportar los regaños de su padre por dejar que ellos se le adelantasen en todo.

Decidió que era suficiente entrenamiento por hoy, así que entró por la puerta de la cocina. Al final del pasillo se encontraba el despacho de su padre y luego estaba las grandes escaleras que daban a las habitaciones.

Dejo su escoba en la entrada junto con su abrigo, estaba sediento y le apetecía un jugo de manzana.

—Dobby, prepárame un jugo, por favor—dijo mientras se apoyaba en la enorme encimera de la enorme cocina vacía...

Frunció el ceño y le dedicó una mirada a su cocina, estaba vacía, era raro porque Dobby, el elfo doméstico de su familia, siempre estaba aquí.

Se dirigió hacia la alacena para ver si se había quedado encerrado, ya le había pasado antes, pero cuando abrió la puerta solo encontró comida.

Tal vez Dobby estaría con su madre. Suspiró y se conformó con servirse un vaso con agua.

Estaba caminando por el pasillo para dirigirse hacia su habitación cuando lo vio, espiando en el despacho de su padre.

—Se llevará a cabo en Hogwarts...—estaba diciendo una voz cuando Draco se acercó.

—No se debe escuchar a escondidas, es de mala educación—le dijo al elfo mientras seguía caminando por el pasillo.

—¡El señor Draco Malfoy ha descubierto a Dobby!—dijo el elfo con una voz gutural mientras se comenzaba a jalar sus orejas puntiagudas.

Draco volteó los ojos, sabía lo que venía a continuación.

—¡Dobby malo!, ¡Dobby malo!, Dobby debe castigarse...

Draco sujetó la cabeza del elfo antes de que esta impactara contra la pared, no quería que su padre saliera a causa del ruido y pensara que era él quien lo espiaba.

—Te prohíbo que te lastimes ahora mismo.

Con eso Dobby se detuvo y miró a Draco como si quisiera llorar.

—Tan solo vuelve a la cocina y llévame un jugo de manzana a mi habitación.

Se dio la vuelta para evitar que se pusiera de rodillas y le diera las gracias por no dejarlo castigarse.





Nora

No era la primera vez que en el número 4 de Privet Drive estallaba una discusión durante el desayuno. A primera hora de la mañana, había despertado al señor Vernon Dursley un sonoro ulular procedente del dormitorio de sus sobrinos.

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