WEAKNESS

Felix Felicis

Draco:

—¿Que te enamoraste de alguien más?—preguntó Blaise, sin creérselo—. ¿Cómo pudiste decírselo? Es que... ¿Acaso no te das cuenta de que le acabas de romper el corazón?

—Ya te lo expliqué—dijo Draco, tratando de contener la rabia que sentía en ese momento, no podía dejar de pensar en el rostro de Nora, sus ojos estaban llenos de lágrimas y él había que tenido que hacer el esfuerzo más grande de su vida para no tirar todo por la borda y volver con ella.

—Es que no lo entiendo...

Draco quería patear lo que fuera, lo que sea, para liberarse de lo que estaba sintiendo, pero en cambio, soltó un suspiro y dijo:

—Nora no iba a creerme si le decía que no podía estar con ella simplemente, la conozco... Es tan terca que iba a averiguar la verdad y eso es demasiado peligroso...

—Dijiste que te pidió disculpas por lo de tu padre, ¿por qué no seguiste...

—Porque—lo cortó Draco—, no puedo dejar que Nora se sienta culpable por algo en lo que es inocente, yo quiero que esté tranquila, que pueda seguir con su vida y no con un sentimiento de culpa...

—¿Prefieres que te odie? ¿Prefieres que piense que la engañaste?—dijo Blaise, negando con la cabeza.

—Sí—dijo Draco, con la garganta seca—, prefiero mil veces que descargue su ira contra mí, a que lo haga contra ella misma. Era la única manera en la me dejaría... pensando que la engañé—dijo tanto para convencer a Blaise, como para convencerse a sí mismo.

—¿No piensas volver con ella?—preguntó Blaise.

—No—dijo Draco, tragando saliva, los ojos comenzaron a arderle y la pesadez en su estómago se hizo más grande—. Una vez que averigüe lo suficiente se lo contaré todo a Dumbledore y haré que prometa mantenerla a salvo. Cuando Quién-tú-sabes, se entere de la traición solo existe una opción...

—No...—dijo Blaise, con tono duro—. No hagas eso. ¡Puedes contárselo todo a Dumbledore ahora! ¡Él te mantendrá a salvo! ¡Vuelve con Nora y explícale la verdad!

—No puedo Blaise, Snape está vigilándome, sí se lo digo a Dumbledore ahora, Snape se lo dirá a Quién-tú-sabes, el sólo hecho de verme con Nora esa noche significaba un gran riesgo, si alguien se da cuenta de nosotros... la pongo en peligro.

—Draco, no puedes...

—Ya lo decidí—lo cortó Draco y salió de la habitación.

Estaba quedándose sin aire, no podía respirar.

Fue hacia la sala de los Menesteres y apoyó la frente contra la puerta. Trató de controlar sus respiraciones.

Uno...

Dos...

Tres...

Alrededor de la número veinte comenzó a calmarse. Se dio la vuelta y miró el lugar. La sala se había transformado en una réplica exacta de la vez que Nora había organizado su cita, cuando se arrodilló y le pidió perdón por todo lo que había dicho y hecho durante los primeros años...

Recordó la primera vez que la vio, en el tren que los llevaría a Hogwarts para su primer año, parecía distraída y completamente perdida, se había negado a ser su amiga por el estúpido comentario que él había hecho sobre los Weasley.

Recordó como la odió en el momento en el que lo hizo caer de su escoba en frente de todo el curso, en venganza por haber robado la recordadora de Neville.