Promesa

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Nora:

—Nora, despierta—dijo Draco a su lado.

Nora se dio la vuelta y hundió la cara en la almohada, no quería despertarse aún, quería dormir un poco más, pero no pudo hacerlo porque Draco le puso una mano en la cintura y comenzó a moverla para que se despertara, fue en ese momento en el que se dio cuenta de que no estaba en su dormitorio de Hogwarts, sino que estaba en su habitación en la casa de Sirius, anoche se había quedado dormida con Draco.

—Nora, ¿por qué hay un elfo domestico observándonos dormir?—insistió Draco.

Nora levantó la cabeza de la almohada y vio por encima de dónde estaba Draco. Ahí, de pie frente a la cama y con una aterradora sonrisa en su rostro estaba Kreacher.

—Kreacher, ¿qué haces aquí?—preguntó Nora entre asustada y... No, no había más, Kreacher de verdad que daba miedo.

Kreacher hizo una profunda reverencia.

—Kreacher necesitaba ver al amo Malfoy—en su voz había una clara emoción—. Kreacher necesitaba ver al sobrino nieto sangre limpia de mi antigua ama —el elfo casi se ponía a saltar de emoción—. Finalmente a Kreacher se le ha cumplido el sueño de volver a tener un amo digno en la casa.

—Nora, ¿qué está pasando?—preguntó Draco, mientras Kreacher se acercaba a pequeños pasitos a él, y lo miraba como si fuera una divinidad.

—Kreacher siente una profunda admiración por ti—le explicó Nora mientras se sentaba en la cama—. Eres familiar de la madre de Sirius, su antigua ama y bueno, él en realidad no nos quiere, me refiero a Sirius, a Harry y a mi, dice que somos traidores a la sangre, creo que por eso dice lo de tener un amo digno finalmente.

Draco soltó una risa.

—Eh... Bueno, hola Kreacher—dijo Draco sentándose también.

Kreacher se puso de rodillas.

—El amo le ha dicho hola a Kreacher, Kreacher podría desmayarse ahora mismo—chilló mirando a Draco—. El amo es tan noble debido a la grandeza de su sangre pura.

—Apuesto a que se muere si le contamos—dijo Nora divertida.

—Kreacher no entiende de lo que habla la joven ama—comenzó a murmurar, aunque su voz era muy audible—. Kreacher fingirá que no la oye y admirará al amo.

Draco miró a Nora y habló:

—Kreacher—dijo Draco con una sonrisa y Kreacher chilló de emoción—. Aunque tengo sangre limpia, Nora y yo estamos juntos—Kreacher soltó un grito aterrorizado al escuchar esas palabras—. Eso significa que Nora es mi novia—Kreacher volvió a gritar—, por lo tanto soy un...—Kreacher soltó un grito más y se jaló sus puntiagudas orejas para no seguir escuchando—. Traidor a la sangre—terminó Draco.

Al elfo se le llenaron los ojos de lágrimas y confusión. 

Nora y Draco se quedaron mirando a Kreacher buscando alguna reacción.

—¡A Kreacher no le importa!—soltó el elfo finalmente y se acercó a la cama—. Kreacher servirá a la descendencia sangre limpia de su ama.

Nora soltó una pequeña risa y se levantó de la cama, Draco la siguió.

—Wow—dijo Nora al salir de su habitación y ver la casa.

—¿Qué pasa?—preguntó Draco siguiéndola.

Nora señaló todo y nada al mismo tiempo.

—No entiendo...

—La casa nunca había estado tan limpia—le susurró a Draco y comenzó revisar cada uno de los cuadros, los pisos, las alfombras, las copas de vidrio, las reliquias familiares que Sirius había decidido conservar, absolutamente todo brillaba.

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