Sectumsempra

1.7K 168 22
                                    

Nora:

—¿Por qué se han peleado? —preguntó Harry a Nora y Hermione mientras enfilaban un pasillo del séptimo piso. 

El pasillo estaba vacío salvo por una niña muy pequeña que examinaba un tapiz de trols con tutú. Al ver que se acercaban unos estudiantes de sexto año, la chiquilla puso cara de miedo y dejó caer la pesada balanza de bronce que sostenía. 

—¡No pasa nada! —dijo Hermione con amabilidad, y corrió a ayudarla—. Mira... —Dio unos golpecitos con su varita en la balanza rota y pronunció—: ¡Reparo! 

La niña ni siquiera le dio las gracias y se quedó muy quieta cuando ellos pasaron por su lado. Ron volvió la cabeza y la miró. 

—Os juro que cada vez son más pequeños —comentó. 

—Déjala —repuso Harry con impaciencia—. Nora, ¿por qué se han peleado Ginny y Dean? 

—Parece ser que Dean se estaba riendo del golpe que te dio McLaggen con esa bludger —contestó Nora. 

—Debió de ser gracioso —dijo Ron. 

—¡No fue nada gracioso! —saltó Hermione—. ¡Fue horrible, y si Nora y Ginny no hubieran cogido a Harry, podría haber resultado gravemente herido.

—Sí, ya, pero no había necesidad de que Ginny y Dean cortaran por eso —dijo Harry, con cierto interés—. ¿O siguen saliendo juntos? 

—Sí, siguen saliendo. Pero ¿por qué te interesa tanto? —preguntó Nora mirándolo con recelo. 

—Es que no quiero que haya problemas en el equipo de quidditch —se apresuró a contestar Harry.

Nora iba a replicar cuando detrás de ellos una voz exclamó: 

—¡Harry! 

—¡Hola, Luna! —dijo Harry dándose la vuelta rápidamente. 

—He ido a verte a la enfermería —dijo Luna mientras rebuscaba en su mochila—, pero me han dicho que ya habías salido... —Le fue pasando una serie de extraños objetos a Ron: una especie de cebolla verde, un gran sapo con manchas y una buena cantidad de una cosa que parecía arena higiénica para gatos; por último sacó un rollo de pergamino bastante sucio y se lo tendió a Harry—. Me han pedido que te dé esto. 

Era un rollo pequeño que Nora reconoció: otra invitación para una clase particular con Dumbledore. 

—Será esta noche —informó Harry cuando lo hubo leído. 

—¡Te felicito por tu comentario del partido! —le dijo Ron a Luna mientras ella recuperaba la cebolla verde, el sapo y la arena higiénica. 

Luna esbozó una vaga sonrisa. 

—Te burlas de mí, ¿verdad? Todos dicen que lo hice muy mal. 

—¡No, lo digo en serio! ¡No recuerdo haberlo pasado tan bien con ningún otro comentarista! ¿Qué es eso, por cierto? —añadió, cogiendo aquella especie de cebolla. Se la acercó a los ojos. 

—Es un gurdirraíz —contestó Luna, y se guardó la arena higiénica y el sapo en la mochila—. Quédatelo si quieres, tengo algunos más. Son excelentes para protegerse contra los plimpys tragones.

 Y se marchó. Ron sonrió de oreja a oreja con el gurdirraíz en la mano. 

—¿Sabéis qué os digo? Que Luna empieza a gustarme —dijo mientras los cuatro echaban a andar hacia el Gran Comedor—. Ya sé que está loca, pero la suya es una locura... —Se calló bruscamente al ver a Lavender Brown plantada al pie de la escalinata de mármol, con aspecto de estar muy enfadada—. ¡Hola!—murmuró con apuro cuando llegaron ante ella. 

WEAKNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora