Una relación

2.6K 174 69
                                    

Draco:

Llegó diciembre, y dejó más nieve y un verdadero alud de deberes para los alumnos de quinto año. Las obligaciones como prefecto de Draco también se hacían más pesadas a medida que se aproximaba Navidad. Los llamaron para que supervisaran la decoración del castillo, para que vigilaran a los de primero y a los de segundo, que tenían que quedarse dentro del colegio a la hora del recreo porque afuera hacía demasiado frío, y para turnarse con Argus Filch para patrullar por los pasillos, pues el celador sospechaba que el espíritu navideño podía traducirse en un brote de duelos de magos.

Draco estaba de mal humor porque estaba tan ocupado que tuvo que dejar de ver a Nora todas las noches, apenas si podían verse unas tres veces por semana. Estaba desesperado porque llegaran las vacaciones de Navidad, esperaba verla más tiempo del que la veía por las noches, pero su humor empeoró ese día.

—La señora Weasley nos invitó a Harry y a mi a pasar Navidad con su familia en La Madriguera—dijo Nora, que estaba recostada sobre su pecho.

—¿Qué?—dijo Draco tan rápido que Nora se sobresaltó.

—No puedo no ir, Harry está emocionado y Sirius escribió para decir que también estaría ahí—dijo Nora, mirándolo.

Draco miró hacia otro lado. Tratando de disimular su mal humor.

—Draco.

—Humm.

—Mírame—dijo Nora.

Draco la miró y vio una pequeña sonrisa.

—¿Te molesta?—preguntó Nora.

—¿Molestarme? ¿A mí? ¿Por qué habría de molestarme que mi novia se fuese a pasar Navidad con el chico del que estuvo enamorada media vida?—soltó un poco cortante.

Por otro lado, la sonrisa de Nora se hizo más amplia.

Estaba pesando en unas diez maneras diferentes de cómo hacer que alguien se cayera de su escoba de forma accidental, cuando Nora habló:

—¿Novia?

Eso lo distrajo.

—¿De todo lo que he dicho sólo te quedas con eso?—preguntó Draco.

—Nunca me pediste que fuera tu novia...

—¡Pero si te dije que quería estar contigo!—dijo Draco, sorprendido.

—¡Pero no como mi novio!—contestó Nora.

Draco volteó los ojos, no pudo evitar sonreír.

Draco se levantó sobre sus codos y Nora lo miró a los ojos.

Dios, estaba enamorado de esta chica.

—Nora Potter, ¿puedo ser tu novio?

—Déjame pensarlo—dijo Nora, mientras se llevaba un dedo al mentón y hacía como que pensaba—. Mmm, ¿quiero un novio gruñón? ¿quiero un novio terco? ¿quiero un novio que hace unas bromas horribles?

—¡Mis bromas son muy buenas!—contestó Draco.

—¿Así que admites que eres gruñón y terco?—inquirió Nora.

—Sólo si tú admites que eres obstinada y temperamental.

—¡No soy temperamental!—dijo Nora.

—¡Y yo no soy gruñón!

Nora soltó una carcajada y dijo:

—Sí.

WEAKNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora