WEAKNESS

El Final

Nora:

Los cinco habían quitado la cabeza del pensadero, los cinco se hallaban sentados formando un círculo sobre la polvorienta alfombra del despacho.

Los cinco sabían que ocurriría después...

Nora abrazaba sus rodillas con fuerza, trataba de respirar despacio, quería desesperadamente que el aire llegara a sus pulmones, porque no podía respirar después de saber que uno de sus más grandes miedos se haría realidad dentro de unas pocas horas.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos y trató de contenerlas.

Hermione sollozaba en voz baja.

Ron tenía los ojos rojos.

Draco miraba el suelo.

Y Harry... su hermano, la miraba a ella.

Nora observó las preguntas que estaban reflejadas en su rostro, tenía la respiración lenta y profunda, los labios resecos y sus ojos también.

Harry se puso de pie.

Y ella deseó con todas sus fuerzas decir algo, lo que fuera, pero se había quedado sin palabras. Así que único que hizo fue ponerse de pie y lazarse a los brazos de Harry.

Él la sujetó con fuerza, tenía miedo.

Nora estaba furiosa, pero no con su hermano, sino con el profesor que hasta minutos antes había admirado, ahora no era más que un sombra para ella.

Qué idea tan ingeniosa, tan elegante: en lugar de desperdiciar más vidas, le había encomendado esa peligrosa tarea a un chico que ya estaba condenado a morir, pero cuya muerte no representaría una desgracia sino otro golpe contra Voldemort.

Dumbledore sabía que Harry no se escabulliría y seguiría hasta el final, aunque eso significara también su propio final, porque por algo se había tomado la molestia de conocer su carácter, ¿no?

Asimismo, el profesor sabía, igual que Voldemort, que Harry no permitiría que nadie más muriera por su culpa una vez que hubiese descubierto que estaba en su mano poner fin a aquella masacre.

No pudo evitarlo y se aferró todavía más al torso de su hermano, no podía, no podía ser esta su despedida...

—Mata a la serpiente—susurró Harry, acariciando su cabello.

—No—dijo Nora sin soltarlo.

—Ese era el plan...

—Me importa un bledo lo que Dumbledore quería, no te dejaré, después de todo lo que pasaste... después de los sueños, las pesadillas, la lucha y las pérdidas, tú más que nadie merece vivir...—su voz se rompió.

Harry estuvo unos segundos en silencio, aún la sujetaba.

—Sabes lo que eso significaría—susurró Harry.

—No me importa...

—Te importa, Nora—la interrumpió Harry, tragando saliva—. Tú eres así, sabes que si Voldemort continúa vivo más gente...

—Soy egoísta, Harry—lo interrumpió Nora, entre avergonzada y furiosa por lo que iba a decir—. Lo soy, porque no estoy dispuesta a salvar a cientos de desconocidos si tú tienes que morir... No me importa en lo absoluto si eso implica... —respiraba rápidamente—. Que tu no estarás más en mi vida...

Harry la sujetó de la mejillas y la miró a los ojos.

—Es lo correcto, tienes que dejarme ir...

Nora negaba con la cabeza.

—Es mi decisión—susurró Harry.

Y ella sabía que tenía razón, en el fondo, muy en el fondo sabía que tenía que pasar y que si Harry se proponía hacer algo, nada lo detendría, porque así era él, así era su hermano.