SUMA INQUISIDORA

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Nora:

Besar a Draco Malfoy ya se le estaba haciendo costumbre. Nora se llevó una mano a la cabeza y se sentó en su cama en el dormitorios. ¿Podría estar enamorada de Draco?

No, no era posible.

¿O si?

Se tiró en su cama y pensó.

Desde que había entrado en Hogwarts ella había estado enamorada de Fred Weasley, y ahora que él por fin estaba notándola, no podía echar todo por la borda para estar con Draco, ¿verdad? Además Draco solo había dicho que le gustaba besarla, no había dicho que estaba enamorado, ni mucho menos que quisiera estar con ella.

Tenía razón, esto que estaba sintiendo era algo físico, solo se sentía atraída por él. No podía ser otra cosa, siempre se habían odiado.


Nora como todo el equipo de quidditch, menos Harry, porque estaba castigado, estaban en el campo para hacer la selección de la persona que ocuparía el nuevo puesto de guardían. Ella se había sorprendido de que Ron se presentara.

Luego de varías pruebas, exhaustivas impuestas por Angelina (Nora sospechaba que el espíritu de Wood la había poseído), Angelina escogió a Ron como nuevo guardían, pero se acercó a Nora y le dijo:

—Lo siento, ya sé que he estado un poco antipática —se disculpó con brusquedad—. Es que esto de dirigir el equipo es muy estresante, ¿sabes? Empiezo a pensar que a veces no era del todo justa con Wood. —La chica observó a Ron por encima del borde de su copa, con el entrecejo ligeramente fruncido—. Mira, ya sé que es uno de tus mejores amigos, pero está un poco verde —añadió sin andarse con rodeos—. Sin embargo, creo que con un poco de entrenamiento mejorará. Procede de una familia de buenos jugadores de quidditch. Si he de serte sincera, cuento con que demuestre tener algo más de talento del que ha demostrado hoy. Vicky Frobisher y Geoffrey Hooper han volado mejor que él esta noche, pero Hooper es un quejica, siempre está protestando por algo, y Vicky pertenece a un montón de asociaciones. Ella misma reconoció que sus reuniones del Club de Encantamientos serían prioritarias si coincidían con los entrenamientos. En fin, mañana a las dos en punto tenemos una sesión de prácticas; espero que no nadie falte esta vez. Y hazme un favor: ayuda todo lo que puedas a Ron.

Nora asintió y Angelina volvió a reunirse con Katie Bell. Nora fue hasta la sala común y fue a sentarse junto a Hermione, que se despertó sobresaltada cuando ella dejó su mochila en el suelo, Harry llegó unos segundos después.

—¡Ah, son ustedes! Qué bien que hayan elegido a Ron, ¿verdad? —dijo con cara de sueño—. Estoy ta-ta-tan cansada bostezó—. Anoche estuve levantada hasta la una tejiendo más gorros. ¡Desaparecen a una velocidad increíble!

Y, en efecto, Nora vio que había gorros de lana escondidos por toda la habitación, en lugares donde los elfos desprevenidos podrían encontrarlos por casualidad.

—Genial —comentó Harry, distraído—. Oigan, estaba en el despacho de Umbridge y me ha tocado el brazo...

Nora y Hermione lo escucharon atentamente. Cuando su hermano terminó el relato, Hermione le preguntó, hablando despacio:

—¿Temes que Quien-tú-sabes esté controlándola como controlaba a Quirrell?

—Bueno —contestó Harry, bajando la voz—, es una posibilidad, ¿no?

—Supongo que sí —respondió Hermione, aunque no parecía convencida.

—Pero no creo que pueda poseerla como a Quirrell. No sé, ahora está vivito y coleando, ¿no es así?, tiene su propio cuerpo y no necesita compartir el de otra persona. Supongo que podría haberle echado una maldición Imperius, desde luego... —dijo Nora—: Pero el año pasado te dolía la cicatriz sin que nadie te tocara y Dumbledore dijo que eso tenía que ver con lo que Quien-tú-sabes sentía en aquel momento, ¿verdad?

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