Prólogo

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Las nubes grises cubrían el vasto cielo hasta donde alcanzaba la vista, las ruinas de lo que antes fue una enorme ciudad yacían en el suelo, siendo carcomidas por el tiempo hasta quedar solo como fragmentos irreconocibles de lo que fue construido por la mano humana y que ahora solo formaban parte de un pasado aparentemente lejano. Sus pasos hacían eco en el interior de aquellas viejas ruinas. ¿Cuántos años habían transcurrido desde que la vida como la conocía llegó a tan trágico final? ¿Cómo habían llegado a tal destino? Mirar a su alrededor le deprimía en gran manera, su mundo yacía ante ella, hecho pedazos. ¿Realmente puede una sola persona causar tanto daño tan fácilmente? No se apreciaba una sola persona en el entorno, solo estaba ella. ¿Y ahora qué haría? ¿A dónde iría? Fuese a donde fuese seguramente le esperaba el mismo escenario. Continuó caminando por aquellos lares sin rastro alguno de vida, meditando en silencio, planteándose el dejar atrás aquel lugar tan deprimente. Un leve ruido captó su atención. Algo se estaba retorciendo en la hierba, era pequeño y chirriaba incesantemente, como quejándose de dolor. Al acercarse pudo comprobar que solo se trataba de una golondrina herida, se había hecho daño al impactar fuertemente la gruesa rama de uno de los muchos árboles muertos de la zona. Se había torcido el cuello, probablemente no viviría mucho.

-Y justo cuando creí encontrar algo de compañía en este sitio tan deprimente… _musitó, tomando en sus manos al ave, que no dejaba de retorcerse. Verle en ese estado le hacía pensar que tal vez incluso aquella pequeña ave hubiese querido un final diferente. Su mirada quedó fija en aquellos pequeños y negros orbes del ser emplumado mientras pensaba detenidamente_ Tal vez tú eres lo único que me queda… Mi última alternativa… _musitó tras haber tenido una idea que le parecía prometedora_ Eso es… Haré que vivas mucho más… Todo dependerá de ti… Será una carga enorme para un cuerpo tan pequeño, pero sé que los vuestros perseveran bastante… Veamos… Tu nombre será…

(…)

Despertó exaltada en mitad de la noche, había tenido un sueño realmente extraño. Lo peor de todo era que no recordaba absolutamente nada de ello. Después de mirar a su alrededor por unos instantes recordó todo lo que había estado haciendo hasta esos momentos. Cierto, ellos dos estaban huyendo del reino luego de que todo fuese consumido por las llamas. Pero… ¿Dónde estaba él? Después de verse sola en aquel claro, solamente iluminado por la luna blanca, comenzó a temer lo peor. Se puso de pie inmediatamente, sintiendo un repentino mareo dada su precipitada acción, y miró a todos lados con una creciente sensación de intranquilidad apoderándose de ella. Aún se podía ver la gran columna de humo ascendente que denotaba el lugar donde habían estado horas antes. Su acompañante, para su gran alivio, no estaba demasiado lejos. Se encontraba admirando las lejanas luces amarillas que lentamente se iban extinguiendo hasta apagarse por completo. Podía saber que le preocupaba la situación actual de su familia, a la cual había tenido que dejar atrás, nunca se imaginó en una situación semejante. Ella también se preocupaba por su familia, de la cual no supo nada más desde que se separaron entre el flujo de personas que corrían hacia el refugio, solo le quedaba creer que estaban a salvo. Podría decirse que permanecer mucho tiempo a la intemperie tampoco era la mejor de las ideas, el enemigo podría verles y comenzar a perseguirles nuevamente. Era necesario partir en cuanto hubiesen descansado lo suficiente. Y no se equivocaba al suponer que les alcanzarían pronto. Desde donde estaban tenían total visión sobre el bosque que habían atravesado para llegar hasta allí, por lo que sabrían enseguida si alguien se acercaba. Algunas luces se hicieron presentes. Brillaban intermitentemente a causa de las ramas de los árboles, pero eran perfectamente visibles.

-Debemos irnos de aquí pronto… _musitó la fémina, alertando con ello al de hebras moradas, quien pronto avistó también las luces. Por unos instantes se escuchó un silbido lejano, y poco después una flecha aterrizó velozmente, clavándose en el suelo. Les habían visto_ ¡Cambio de planes, nos vamos ahora mismo!

-¿Q-Quiénes son y por qué nos siguen? _cuestionó el de hebras moradas, aunque sabía que ninguno de los dos sabría la respuesta_

-No tenemos tiempo de averiguarlo siquiera. Por ahora debemos alejarnos todo lo posible de aquí. _añadió la peli___ mientras le guiaba tomando su mano_

-E-Espera, ___... Si seguimos por este camino cruzaremos la frontera-

-Es exactamente lo que buscamos hacer.

-C-Claro que no, ¿tienes idea de cuántos años nuestro reino ha mantenido guerra con esa gente?

-¿Y qué espera que haga? ¿Qué lo deje morir aquí? Es la única opción que tenemos por ahora. Mientras nadie sepa que usted es el príncipe no pasará nada.

-S-Sigo en contra de esta idea…

-¡Pues vea que no me importa! _espetó, mirando de reojo al contrario. Parecía “molesto”, aunque sus ojos cristalizados, mejillas levemente sonrojadas y sus labios temblorosos más bien le daban la apariencia de un niño que estaba a punto de llorar luego de ser reñido. Inmediatamente sintió cierta culpabilidad por haberle gritado, pero su vida estaba en juego, por lo que no podía permitir que fuese exigente con las alternativas que tenían a su disposición de momento_

-N-No pienso tolerar esta insolencia… _musitó, aunque no evitó chillar al instante en que una flecha aterrizó justo donde iba a poner el pie_ ¡Ahhh-!

-¡¿No puede correr en silencio?!

Conforme se adentraban en aquel bosque, las voces y sonidos emitidos por sus perseguidores se escuchaban distantes, lo cual les permitió bajar un poco el ritmo y recuperar el aliento tras tanto correr. Volvía a ser una noche tranquila, pues solamente se escuchaban clásicos sonidos perceptibles durante la misma. A pocos metros de donde estaban se hallaba un río cuya corriente aparentaba tener suficiente fuerza como para arrastrar con ella a una caballería al completo. Aquel río constituía la frontera que dividía ambos reinos, al menos, en aquella dirección. Debido a la guerra entre los mismos, el puente que debía unir ambas orillas estaba totalmente destrozado, tendrían que buscar otra forma de cruzar si no querían ser atrapados después de haber llegado tan lejos. La mejor opción parecía ser avanzar río abajo, hacia su desembocadura, pues río arriba no hallarían más que montañas y la corriente sería más fuerte de lo que era a mitad de su recorrido. ___ no parecía demasiado cansada a pesar de haber corrido una buena distancia. Kokichi, por otra parte, no parecía capaz de dar un solo paso más o de lo contrario se desmayaría. Se esperaba que fuese un personaje “delicado”, pero si sus días de encierro voluntario en el palacio le habían reducido a aquello… Iba a ser un viaje largo. Viendo que debía mantener un ritmo más suave, ___ aprovechó el paseo temporal a orillas del río para pensar en aquel sueño que había tenido, no recordaba absolutamente nada, y, sin embargo, el pensar en ello le hacía sentir extrañamente triste, en su cabeza reverberaba el eco de una voz familiar. ¿La habría escuchado en alguna parte? ¿Era alguien que conocía acaso?

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora