Capítulo 11: Ocultar al príncipe

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Después de la alarmante noticia los tres viajeros no sabían qué decir o hacer. Después de procesar la situación, Kokichi entró en pánico y comenzó a caminar en círculos musitando los mío y un escenarios en los cuales acababa muerto a manos del enemigo, Nagito comenzó a plantearse la idea de poner al príncipe bajo la protección de las razas superiores de Kartho y ___ sólo pensaba en salir como alma que lleva el diablo de Siberly en dirección contraria a Mirya con tal de poner al de hebras moradas a salvo. Ante el dilema, la joven noble tomó la palabra nuevamente, llamando la atención de las tres personas en aprietos que tenía delante:

-Ya que antes me han ayudado, ¿me permitirían devolverles el favor? _cuestionó con una sonrisa nerviosa_ La verdad es que soy un tanto rebelde y esos hombres me perseguían por mandato de mi padre. Esta empecinado en comprometerme, pero yo me niego a ello y por eso he escapado de la reunión que pretendían hacer con la persona que ha pedido mi mano. Conozco un lugar apartado de la capital real donde podrían mantenerse ocultos hasta que las aguas se hayan calmado.

-¿Y cómo sabemos que ese sitio es realmente seguro y no planeas vendernos al saber que tenemos a un buscado entre nosotros? _cuestionó el albino_

-No soy una ingrata y ante todo, tengo moral. No voy a entregar a alguien que previamente me ha ayudado aunque no era su obligación hacerlo. _se defendió la rubia, demostrando su orgullo como noble_

Independientemente de que ___ no miraba con buenos ojos a Kaede por el simple hecho de ser una noble, a petición de Nagito decidió darle un voto de confianza. Todo fuera por el príncipe, ya dicho sea de paso. El lugar mencionado por Kaede resultó ser una pequeña cabaña apartada, a las orillas de un lago. Aparentemente antes fue una posada, ahora estaba totalmente deshabitada y la maleza que crecía en las cercanías corroboran ese hecho. Una vez se deshicieron de su equipaje, volvieron a reunirse con la de hebras rubias.

-Aquí estarán seguros por ahora. En cuanto las.cosas se calmen deberían buscar la forma más rápida de dejar la capital. ¿Puedo suponer que pretendían ocupar un dragón para su viaje?

-Esta era la intención, pero ahora, al parecer, tendremos que recurrir a una alternativa diferente.

-Moriré si tengo que caminar todo la distancia hasta Mirya... _musitó el pelimorado, sintiéndose extrañamente mareado. ___ inmediatamente se acercó a él al notar sus párpados entrecerrados y su tono de voz cansada_

-¿Se encuentra bien? No tiene buen aspecto.

-S-Solo me encuentro un poco mareado...

-Debería recostarse un rato. Han sido muchas emociones fuertes desde la mañana. _dijo, acompañándole a una de las habitaciones vacías, las cuales, al menos, se conservaban en un estado decente. Después de remover el polvo, abrir la ventana y colocar sábanas limpias sobre la misma, dejó descansar al de hebras moradas tranquilamente_

Kokichi no tardó mucho en quedarse dormido, su respiración era anormalmente lenta y parecía tener algo de fiebre. Después de meditarlo un poco más, ___ pudo saber que no se trataba de agotamiento físico o algún resfriado común. Bien podría ser una reacción alérgica a algo en especial. Tendría que esperar a que despertase para cuestionarle al respecto, temía que pudiese agravar con el tiempo. Al bajar las escaleras pudo notar que la noble de hebras rubias se había marchado y Nagito se encontraba practicando con su espada en las cercanías del lago. No pretendía descuidar su entrenamiento sin importar la situación.

El cuervo que antes había atacado sin razón al albino pronto hizo acto de presencia, posándose en una de las ventanas abiertas de lo que antes fue la sala común de la antigua posada. El cuervo parecía inquieto y ___ se extrañó de que se todavía les estuviese siguiendo. Al momento de querer acercarse, el ave pronto se sintió rechazada por algo, aparentemente, antinatural, e inmediatamente alzó vuelo para alejarse. La fémina se mostró todavía más extrañada, sin embargo, al darse la vuelta pudo notar una silueta ocultarse tras una puerta entreabierta de las tantas que había en aquella sala. Su primera idea fue la de llamar al chico de hebras albinas que se encontraba lo suficientemente cerca para escucharle en caso necesitarle, pero la curiosidad le superó y decidió acercarse por su cuenta. Si había algo peligroso ahí, ya llamaría por ayuda.

Después de acercarse a aquella puerta pudo escuchar susurros y maldiciones provenientes de quien sea que estaba ahí dentro. Después de respirar profundamente y prepararse para salir corriendo de ser necesario, ___ abrió la puerta de golpe, asustando a la persona que se hallaba de otro lado, y otorgándole un buen golpe con la misma de paso.

-¡Auch! ¡Eh, ¿cuál es tu maldito problema?! _espetó ante el dolor la persona que había sido cruelmente impactada por la puerta. ___ inmediatamente fijó su mirada en dicho individuo: era un chico de hebras rubias muy cortas y con finos rapes en línea a los laterales de su cabeza, ojos color avellana claro. Ocupaba un saco de seis botones blancos y una capa a juego con sus ojos, pantalones negros y unas botas de cuero marrones bastante descoloridas_

-¡¿Quién eres tú y por qué te escondes?! _inquirió la fémina tras retroceder considerablemente, señalando al chico con su dedo índice, como acusándolo con la mirada_

-¡¿Ah?! En todo caso yo debería preguntar eso. Tres mocosos irrumpen en mi morada de la nada y una de ellos, completamente carente de ética al parecer, me pega con una maldita puerta.

-¡¿Carente de ética?! ¿Cómo te atreves? _cuestionó la peli___, notoriamente ofendida_

-¿Señorita ___? ¿Ocurre algo? _cuestionó el chico de hebras albinas, que había escuchado la conmoción y se había acercado. Inmediatamente el chico de hebras rubias se incorporó, retirando el polvo de sus ropas y mirando mal a ambos "intrusos"_ ¿Y ese quién es?

-Eso intento averiguar.

-¿Intentas? Solo me has pegado, acusado e interrogado sin un toque de modales, "señorita". _mencionó el chico, acentuando la última palabra a modo de burla, a lo que la chica le miró realmente mal_ Mi nombre es Fuyuhiko, par de intrusos. Soy un domador de dragones, y esta es mi casa.

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora