Capítulo 41: Miradas elocuentes.

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___ no había dejado su confortable habitación desde hacía ya mediodía. No era especialmente alarmante, pero sí algo atípico de ella. Bueno, a muchos de sus compañeros podría extrañarles, pero lo cierto era que la fémina tenía todo su derecho a ser egoísta por una vez desde que todo comenzó y estaba atendiendo a su capricho de permanecer entre las sábanas cómodamente. Kyoko no parecía estar por la labor de despertarle ni mucho menos de recordarle que tenía mejores cosas que hacer antes que estar de vaga en una habitación de la posada, al contrario, ella también dormitaba plácidamente sobre la cómoda almohada que se le había provisto para el descanso. Claro que toda la paz existente en aquellas cuatro paredes, y en general, de toda la posada, se vio erradicada cuando se escuchó cierto bullicio en el primer piso.

Podía escucharse un montón de cosas caer al suelo, muebles ser removidos y a las cocineras chillar de pánico mientras señalaban algo que no era comprensible debido a la distancia y demás. ___ se removió entre las sábanas mientras que Kyoko optó por enrollarse sobre sí misma con el fin de continuar durmiendo. Al final a la chica no le quedó más remedio que abrir los ojos desde que los ruidos no cesaban. Su expresión denotaba todo el enojo que había acumulado en solo unos segundos al ser despertada tan cruelmente. Sin mucho más que hacer y sabiendo que iba a ser imposible volver a dormir mientras el escándalo continuase, decidió arreglarse para dar su cara a sus compañeros después de mediodía de puro descanso. Ver ala criatura blanca dormir hecha un ovillo sobre la almohada le hizo cierta gracia, después de arreglar las sábanas desordenadas de la cama, cuidadosamente depositó la almohada que yacía en el suelo sobre esta, cuidando de no despertar a Kyoko, por su puesto.

Parecía ser que todos habían ido al piso inferior desde que los gritos no cesaban y los pasillos y habitaciones superiores parecían estar totalmente vacías. ___ se encontraba bajando las escaleras cuando una jarra voladora casi impacta su rostro. Permaneció en el sitio unos instantes antes de pasear su mirada por el lugar: las cocineras se encontraban sobre una mesa, la casera estaba parada sobre el mostrador mientras daba órdenes a los huéspedes y sus amigos, bueno, ellos se encontraban cazando algo por toda la sala, todos menos Kokichi y Masaru. El pequeño pelirrojo se encontraba chillando en los brazos del pelimorado mientras éste intentaba hacer que se tranquilizase.

-¿Puedo preguntar qué pasó aquí? _cuestionó la peli___, recogiendo la jarra que momentos antes casi acaba con su rostro_ Y buenos días a ambos.

-B-Buenos días... _musitó Masaru, adormilado y nervioso mientras veía el desastre a su alrededor_

-Buenos días, te tomó tu tiempo despertar. _le devolvió el saludo el príncipe mientras continuaba viendo el jaleo_ Parece que se ha metido una rata en la cocina y le están dando caza.

-¿Todo esto por una rata?

-Las ratas son un peligro, no es de sorprender que se comporten así.

-Eso puedo verlo, pero... _musitó, silenciándose a sí misma al observar a Mikan tropezar como solo ella sabía y arrastrar a Fuyuhiko a su desgracia_ Ya tardaba en suceder...

-Parece que Nagito tiene a la rata... _musitó el de hebras moradas, observando al albino sacar al animal agarrándolo de su larga cola y llevándoselo lejos_

-¡Muy bien, la plaga se ha ido! ¡Hora de limpiar este sitio! ¡Que no quede ni un solo pelo de rata sin arrastrar!_ordenó la casera mientras que las cocineras corrían a por las escobas y las fregonas_

-Se lo toman en serio... _musitó ___, pensando si debería compensar sus horas de descanso prolongado ayudando en algo_ Creo que yo también voy a ayudar con la limpieza. No he hecho nada desde que llegué.

-Tampoco es que debas hacerlo, ¿qué clase de hostal permite que sus huéspedes trabajen para pagar el descanso? _inquirió el chico, siendo totalmente inconsciente de la ironía de sus palabras al haber estado ayudando a la casera el día previo_

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora