Capítulo 23: Rastro

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-Al fin… _musitó aquel desconocido mientras acercaba peligrosamente el filo de la hoja al cuello de la peli___, que la miraba fijamente, sintiendo el pánico embargar su cuerpo en cuestión de instantes. ¿Quién era y qué quería? Las risas que emitía el desconocido solo la desconcertaban más de lo que ya lo estaba_ Pasé por muchas dificultades para hallarte… Y pensar que eras tú.

-D-De qué hablas? ¿Qué es lo que quieres?

-Tal vez lo hayas ocultado bien de los magos mediocres de su majestad, pero no de mí. Sé muy bien lo que tienes retenido en ese cuerpo falso que usas como cascarón. Un elemento digno de la brujería de la barbarie.

-¿B-Brujería? ¿Cuerpo falso? ¿De qué rayos estás hablando? Déjame ir. _musitó la fémina, totalmente aterrada y confundida, conforme las risas del extraño incrementaban considerablemente_

-Después de todas las molestias que me tomé para atraparte, ¿crees que simplemente te dejaré ir? Ilusa. _se burló el sujeto, alzando nuevamente el arma blanca, con la intención de herirla, a diferencia de antes que solo la usaba para amenazar_ ¡Ahora me entregarás ese elemento que posees!

Sentir la sangre correr desenfrenadamente a través de aquel corte realizado en su cuello le dejó en shock momentáneo. Tanto que ni siquiera sentía el dolor. Iba a morir. Se estaba desangrando. Para cuando recuperó la razón, el sujeto ya estaba a punto de realizarle una nueva herida. Se retorció como pudo, intentando quitarle de encima, pero solo consiguió ataques desesperados del contrario que comenzaron a plagar su cuerpo en profundas puñaladas. Su fuerza poco a poco se fue desvaneciendo, lo mismo que sus sentidos, hasta que finalmente dejó de sentir absolutamente todo…

Era plena madrugada cuando cierto pelimorado fue despertado por un grito, emitido por una voz demasiado familiar. Inmediatamente retiró las sábanas y salió con prisas de la habitación, corriendo a la contigua y abriendo la puerta sin cuidado. La peli___ le miró aterrada, aunque pronto se calmó, aunque su respiración no se regulaba. Había tenido una pesadilla, pero, extrañamente, no recordaba absolutamente nada de lo soñado, solo sentía un dolor punzante que recorría todo su cuerpo.

-¿E-Estás bien? Te escuché gritar… _cuestionó el pelimorado, mostrándose más tranquilo de ver que no había pasado nada grave_

-Creo que he tenido un mal sueño, no es nada grave… _respondió ella, logrando normalizar mínimamente su respiración_

-¿Quieres hablar de ello? No sé si sea el mejor escuchando, pero mi madre decía que hablar de malos sueños te hací sentir mejor.

-Me gustaría pero… No recuerdo de qué trataba exactamente. Además, desde que desperté no dejo de sentir dolor en el cuerpo, a lo mejor estuve dando vueltas y me golpeé con algo.

-¿Eres sonámbula o algo así?

-No que yo recuerde. Pero no se preocupe por mí. Debería ir a descansar, aún es de noche y no querrá encontrarse cansado cuando amanezca.

-Ahora que me he despertado no creo que pueda volver a dormir… _musitó él, sabiendo lo delicado que era con el tema del sueño interrumpido. Pronto se escucharon pasos resonar por el pasillo y una risa espeluznante hizo acto de presencia_ ¿Qué… ha sido eso…?

-Alguien viene. _musitó ella, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo al volver a escuchar aquella risa, la cual se le hacía extremadamente familiar. Instintivamente se levantó de la cama y corrió hacia la puerta, tomó la mano del pelimorado y le obligó a adentrarse en la habitación. Luego, echó cerrojo a la puerta y esperó. Los pasos pronto se detuvieron, la manija de la puerta comenzó a agitarse levemente, avisando de que alguien intentaba abrirla, sin éxito. Algunas maldiciones musitadas por el desconocido que se hallaba del otro lado de la placa de madera blanca dieron a entender su frustración, sin embargo, estas se hicieron más sonoras cuando alguien más apareció en el pasillo. Podían escuchar sus pasos resonar en el pasillo con prisas, como si corriera a su dirección. Inmediatamente se escuchó el sonido de metales chocando y pronto también el de algún objeto de madera romperse en pedazos, seguido de un quejido de dolor. Una persona salió huyendo, sus pasos distantes así lo indicaban. Luego, la restante llamó a la puerta. Una voz familiar alivió a los dos adolescentes que permanecían sorprendidos y asustados dentro de la habitación_

-¿Señorita ___? ¿Príncipe? ¿Se encuentran bien? _preguntó Leon, el líder de la guardia real. Inmediatamente Kokichi y ___ se relajaron y la fémina finalmente abrió la puerta. El pelirrojo les miraba, ahora notoriamente aliviado de verles en perfecto estado_ Mis disculpas por el susto que pudo ocasionarles este evento desafortunado. Los druidas nos alertaron de la presencia de un intruso y nos hemos movilizado para hallarle. Ahora mismo le están persiguiendo, no llegará muy lejos el rufián.

-¿Un intruso? ¿En el palacio? _preguntó la peli___, ligeramente preocupada_

-Es una sorpresa, he de decirlo, nuestra seguridad es impresionante e incluso los magos de la corte se cuestionan como pudo superar barreras que han resguardado el palacio por siglos.

-En todo caso, ¿qué harán cuando le capturen?

-Le interrogaremos, por supuesto. Debemos averiguar sus intenciones. Hasta entonces asignaré a algunos guardias para que custodien vuestras habitaciones, no les someteremos a ningún riesgo, pueden estar tranquilos.

A pesar de las palabras del líder de la guardia real, ni el pelimorado ni la fémina pudieron pegar ojo nuevamente. Permanecieron el resto de la noche intercambiando relatos aleatorios hasta que los rayos del sol arribaron y dieron inicio al nuevo día. Las luciérnagas que flotaban en el jardín se desvanecieron y, al comprobar la puerta trasera tras ver a una de las cocineras ingresar a través de esta con leña en las manos, pudieron comprobar que el gigantezco oso también había desaparecido mágicamente. Primeramente pensaron que lo habían imaginado todo, pero luego supieron que se trataba de una parte del sistema de seguridad del palacio, ¿pero qué era la criatura en sí? Tal vez una invocación, tal vez un espíritu guardián, nunca lo sabrían, porque preguntar por ello equivaldría a confesar que habían intentado escapar la noche anterior…

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora