Sayaka despertó con unas náuseas terribles. Todo a su alrededor daba vueltas y su cuerpo se sentía sumamente pesado. Estaba tendida en el suelo, frío y húmedo, además de sucio y maloliente. Podía escuchar sollozos distorsionados y gritos de desesperación. Lentamente y con cierta torpeza, se incorporó, sentándose y mirando a su alrededor. Estaba tras las rejas de una amplia celda y, rodeando la suya, estaban las de otras tantas personas. Sacando cuentas bien podrían ser al menos 40 personas encerradas excluyéndose ella misma.
-Quiero irme a casa... _se lamentaba una niña pequeña, de largas hebras rosadas atadas torpemente en dos coletas con dos trozos de tela sucia. La menor lloraba mientras era consolada por una joven de hebras moradas sumamente maltratadas. La piel pálida de ambas estaba cubierta de suciedad y rasguños. Sus brazos y rostros se veían sumamente delgados, probablemente debido al largo tiempo que llevarían sin alimentarse debidamente, si es que siquiera lo hacían. Finalmente volvió en sí, por lo que su mente comenzó a formular frases coherentes_
-¿Qué es este lugar...? _cuestionó la peliazul, ambas féminas de la celda contigua dirigieron a ella su mirada, otros tantos también la tomaron como centro de atención y algunos murmullos y exclamaciones se hicieron escuchar_
-Reina Sayaka...
-Alteza...
-Esos desgraciados se han atrevido a tocar a la reina. Es imperdonable... _musitó alguien, escuchándose más claramente sobre otros tantos comentarios_
-Reina Sayaka... _musitó la joven de hebras morado oscuro con una expresión de pena_ No creo que llegarían tan lejos como para poner sus manos sobre usted. Estamos en la cárcel oculta en la cual somos usados para los actos ilícitos...
-¿Ilícitos...? Eso quiere decir que...
-Así es, alteza. Los famosos híbridos y subastas ilegales se llevan a cabo en este lugar y sus múltiples ramas por toda la capital real... _musitó otro de los reclusos en respuesta a sus palabras_ Pero alteza, sabemos bien que es inocente. Es todo culpa de esos sucios ministros. Desde que supieron que abogábamos por su regreso al mando de las actividades del reino, nos encerraron y usaron para su entretenimiento. Solo somos su fuente de bienes y diversión...
-Los ministros... Entonces lo que decían era cierto... Mi pueblo sufre a causa de mi ignorancia... He permitido que los dañen hasta este punto...
-Disculpe mi atrevimiento, alteza, pero,¿de quiénes habla?
-Unos jóvenes viajeros me abrieron los ojos y me contaron de su sufrimiento. Me ayudaron a dar el paso para tomar acciones al respecto, pero... Es cierto... Estaba en mis aposentos mientras esperaba las noticias de Leon cuando... El rufián... Él me ha secuestrado...
-¡Secuestrada la reina en sus aposentos!
-¡Malditos rastreros!
-¡Muerte a los rufianes!
-Calma, por favor. No hagamos que los salvajes regresen. _pidió un señor de avanzada edad, aunque no con demasiados años extra_
Como si hubiesen llamado por su aparición de un modo u otro, los susodichos aparecieron. Gruñidos y gritos hicieron acto de presencia. La puerta de madera, ubicada a varias celdas desde la que Sayaka ocupaba, se abrió. Dos hombres de ropas negras entraron, cargando el cuerpo de alguien. Dicho personaje se sacudía y retorcía a la par que emitía gruñidos cargados de rabia y odio. Pronto, fue arrojado a una de las celdas vacías y encerrado antes de concretar su ataque en un intento de escapar. Sayaka permaneció mirando a aquel individuo en silencio mientras los desconocidos dejaban la sala. Nadie mentaba palabra alguna, el silencio solamente era interrumpido por los gruñidos de aquel ser y sus golpes incesantes contra las barras metálicas.
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Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55
Fanfiction[SEGUNDA PARTE] ____________________________ Después de haber escapado tras el incidente ocurrido en la capital real, ___ y Kokichi se vuelven fugitivos buscados por los grandes imperios con los cuales el reino, ahora en manos de otros, mantenía gue...