Capítulo 63: Roto

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Por supuesto que había olvidado lo más importante. Sonia podía usar la magia espacio-temporal como si jugase con ella desde pequeña. Sería muy difícil para Nagito el deshacerse de ella con ataques físicos, lo cual le daría a ___ suficiente tiempo para alejarse y poner a Masaru a salvo. A estas alturas el pobre niño ya debía cargar con un trauma después de todo lo que había vivido. La peli___ se acercó a Tenko y Mikan, siendo está última quien tomó cuidado del pobre niño, que aún miraba aterrado la pelea que se estaba llevando a cabo justo delante de sus ojos. No parecía que fuese a acabar pronto, Sonia hacía buenos movimientos tanto a la ofensiva como a la defensiva, pero Komaeda tampoco daba su brazo a torcer.

-Las cosas me resultarían más sencillas si simplemente siguieses el camino de tus siervas, bruja... _musitó Komaeda, preparándose para lanzar otro ataque_

-Necio. Deberías saber ya que el matarme a mí o a mis semejantes no aliviará la maldición que tu linaje acarrea.

-Al menos haré saber al mundo que, incluso si fui el último de mi linaje, no perdimos la habilidad para dar caza a basuras como ustedes. _contraatacó_

-Subestimar a los demás es algo que los tuyos siempre han hecho, no en vano tu sangre es corrupta y tu mente retorcida. _comentó, viendo una nueva de disgusto aparecer en el rostro del contrario_ Parece que sabes a lo que me refiero. El orgullo nubló la mente de tu predecesor y sentenció a vuestro linaje a una extinción sin remedio. En lugar de desperdiciar la poca esperanza de vida que posees odiando a los míos, podrías invertirla en mejores fines.

-Dejarme manipular por una bruja es la bajeza más grande que cometeré en mi vida. Obviaré tanto tus palabras como tus intenciones. _añadió él, recobrando la compostura poco después_

-Parece que no hay forma de convencer a los necios...

Y con esa última frase dicha la confronta continuó, pero Sonia no esperaba recibir un golpe sin previo aviso. El sentir la punta de aquella hoja atravesarlo el brazo y la oleada de dolor que le invadió en cuestión de instantes fueron dos cosas que no esperaba. Incluso el albino estaba sorprendido de ver sangre brotar de la herida sin previo aviso. Pero no pasó mucho antes de que la rubia tuviese una idea de lo que estaba pasando, podía sentir la debilidad invadir su cuerpo y la perdida de potencia en sus ataques, la magia que había acumulado a su alrededor se estaba evaporando lentamente. Kyoko tenía razón, no era conveniente enfrentar a alguien como Komaeda en una zona en la cual la presencia o no de magia era inestable. Era muy probable que mientras el enfrentamiento se llevaba cabo, lentamente hubiese sido orillada a algún área carente de suficiente magia para soportar la extensión de los hechizos que usaba. La cosa no pintaba bien, pero de nuevo, Nagito no podía simplemente matarla a pesar de tener la oportunidad. No si la raíz de todos sus problemas seguía estando presente. De reojo, dirigió su mirada a la escasa audiencia que estaba presenciando su confronta. Ella seguía ahí, debía acabar con ella primero para asegurarse de eliminar a la bruja de una vez por todas, fuera en esa, o en cualquier existente y posible línea temporal.

El ver las malas intenciones de su oponente no era muy agradable, pero antes de que Sonia pudiese hacer algo siquiera, Komaeda extrajo la espada de su brazo, y procedió a inmovilizar el opuesto, arrancándole ligeros quejidos de dolor con ello. ¿Cuántos años hacía desde la última vez que sintió un dolor tan insoportable? ¿Aquella vez en la que su cuerpo se evaporó casi por completo al viajar al futuro? ¿O fue quizás la ocasión en la que tuvo que recurrir a fragmentar su propia alma para sus fines? No lo recordaba con claridad, había estado tanto tiempo paseándose por el mundo como un ente tal cual los fantasmas que ya no sabía lo que era sentir dolor, al menos, no físicamente.

Salió de su trance al escuchar que alguien me estaba llamando. Sus ojos pudieron ver, incluso con las mechas desordenadas de su flequillo en medio, a la fémina peli___ correr a su dirección. Poseía una expresión que quizás hubiese no deseado ver en ella de nuevo, una que gritaba que no quería ser viendo aquello la misma expresión que poseía cuando vivía en aquella jaula como una esclava más, todo por su culpa. Y lo peor es todo es que ahora la situación era catastrófica, porque ahora, por su culpa, la estaba guiando de cabeza a su muerte. Y no pudo hacer nada para evitar otro error más...

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora