Capítulo 10: Una noble en apuros

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La capital real de Siberly era fácilmente un escenario de mitologías. Había enormes cristales en cada porción del gran muro que resplandecían intensamente. Los techos de las casas estaban forrados con versiones pequeñas del mismo mineral, que les otorgaban un aspecto mágico. Las paredes blancas como la porcelana y grandes ventanales de vidrio. Las losas blancas de las calles y pequeños canales de agua que recorrían las mismas constituían bellos ornamentos al paisaje. Pero lo más impresionante, lejos de la Gran estación, en la cual se veían ir y venir enormes dragones de todas las formas y colores, era el hecho de que los ciudadanos se desplazaban haciendo uso de alfombras encantadas. Había quienes aparecían y desaparecían al cruzar a través de lo que parecía ser un gran portal con bordes dorados y joyas de adorno.

-Si siguen mirando el entorno así van a consumir la ciudad con la vista _se rió Nagito al ver a los dos adolescentes que le acompañaban mirando todo con entusiasmo y fascinación_ Creía que la capital real de Akreah se consideraba el lugar más bello del continente.

-Tal vez la franja superior, pero las inferiores se han deteriorado con el paso de los siglos, así que no hay mucho que decir... _musitó el pelimorado. Tal vez si lograba recuperar su reino trabajase para hacer justicia a los escenarios que describían los libros de historia sobre su hogar_

-No tenemos tiempo de hacer turismo ahora mismo. Debemos irnos a la base de vuelos inmediatamente. _advirtió el albino, a lo que sus dos acompañantes asintieron_

Mientras iban caminando hacia su siguiente parada, escucharon una conmoción proveniente de lo que parecía ser una pequeña plaza. Independientemente de que no tenían intención de meterse en el embrollo, alguien salió corriendo de aquella plaza y chocó con la peli___, haciendo que ambas cayesen al suelo. ___ fijó su vista en la persona que le acababa de hacer caer de bruces. Su cabello dorado ahora estaba ligeramente desordenado, sus orbes amatista le miraban con curiosidad y algo de vergüenza al haberle chocado tan torpemente. Portaba un vestido magenta oscuro de varias capas y la longitud de su falda debía ser de al menos dos debía por debajo de sus rodillas. La chica inmediatamente se levantó, pidiendo perdón ante la imprudencia, mas no tuvo tiempo de presentaciones dado que alguien le estaba siguiendo. Dos guardias en traje de gala emergieron de entre la pequeña multitud pidiendo a la chica que se detuviese en ese mismo instante. La joven solo hizo una reverencia antes de volver a correr lejos de aquellos dos sujetos.

Siguiendo su instinto de caballero real, Nagito se interpuso, dando tiempo a la chica de escapar y esconderse. Después de escuchar un largo monólogo de reproches por parte de los sujetos, que en ningún momento se mostraron violentos, los señores procedieron a ir en busca de la rubia con parsimonia.

-No debemos meternos en problemas, decía. _se burló la peli___, mirando al albino_

-No nos involucremos con los nobles, decía... _musitó el pelimorado, apartando la mirada. Aunque era notable que se estaba burlando también_

-Antes que viajero, soy paladín y es mi deber proteger a la nobleza de un modo u otro. _se justificó el de hebras blanquecinas con una sonrisa nerviosa_ En cualquier caso, deberíamos irnos.

-T-Tiene razón, no debemos quedarnos mucho tiempo por aquí...

Caminaron a paso rápido evadiendo las miradas de la gente que había presenciado la escena. La base de vuelos era increíblemente grande, había enormes jaulas de metal reforzado en las cuales se albergaban al menos 4 dragones de la misma raza, dormitando plácidamente al no estar siendo empleados en su labor. ___ permaneció mirando a las personas que abordaban las criaturas voladoras en compañía de los pasajeros. Tenían cuernos ligeramente arqueados en sus cabezas y vestían túnicas de un color esmeralda brillante. A su alrededor resplandecían pequeños seres semejantes a mariposas doradas.

Kokichi le explicó que se trataba de los druidas, los cuales tenían facilidad para donar a las bestias durante el viaje. Los druidas eran una personificación de la naturaleza, al igual que los elfos, por ello podían comprender perfectamente a cualquier criatura viviente, sus intenciones, emociones y necesidades. Siberly no contaba con domadragones para cuidar de las criaturas, por ello, los druidas eran relevados a medio camino a Mirya por los domadores de dragones que se entrenaban allí, para respetar las leyes entre reinos. Al acercarse a uno de los directores de la base, este no evitó mirar extrañado a Kokichi, el cual se sintió analizado con la mirada y no evitó ocultarse levemente tras la peli___.

-Buen día, jóvenes. ¿Desean viajar a alguna parte? _preguntó amablemente el druida, con una sonrisa apacible. Su mirada se posó en la fémina de hebras ___. Su sonrisa se amplió levemente al ver directamente a sus ojos, como si pudiese adivinar cada pensamiento suyo_

-Nos gustaría viajar a Mirya, ¿es posible? _preguntó la chica, ladrando ligeramente la cabeza, sintiéndose avergonzada ante la mirada que le dirigía el contrario_

-Por supuesto. Síganme, por favor.

El druida les guió a través de la base hasta la sección que correspondía a los viajeros hacia el reino de las criaturas marinas: Mirya. Los tres forasteros quedaron maravillados al ver a los dragones que ocupaban para los viajes a dicho reino: Eran de escamas azuladas y orejas semejantes a aletas de pez. Podrían unos bellos ojos negros y una larga cola cuya punta poseía una gran bola de pelos.

-Entonces, viajeros. ¿Ordenarán un viaje para cuatro?

-¿Cuatro? _preguntaron los tres viajeros extrañados. El druida señaló a sus espaldas, ante lo cual se voltearon, encontrando a la misma chica rubia que antes habían visto en las calles_

-Esto... Yo... No tengo intenciones de viajar con ellos, solamente me gustaría hablarles antes de ir partan.

Accediendo a la petición de la rubia, los tres viajeros se apartaron de la criatura que antes les había guiado. Esperaron pacientemente a que la chica estuviera dispuesta a hablar respecto al motivo que le había llevado a seguirles, y las noticias no fueron muy gratas.

-Verán, no tenía intenciones de seguirles ni nada por el estilo, pero no les aconsejaría tomar vuelos en estos momentos.

-¿A qué te refieres, jovencita? _cuestionó Nagito, confundido_

-Hay una estricta guardia que intercepta los dragones que parten de nuestra base y examinan intensamente a los pasajeros. Si su acompañante va con ustedes se verán en problemas _dijo la rubia posando su mirada en el pelimorado, el cual le miró, nervioso. La chica seguidamente mostró un rollo de papel que estuvo sosteniendo todo este tiempos mostrando su contenido: un cartel de buscado y en su imagen se mostraba claramente al pelimorado, aunque no era muy actualizada la foto_

-¡¿Buscado?! _exclamó la fémina, aterrada ante la idea de que la idea de qué pensaste que el chico estaba muerto no colaría más_

-La guardia de Kartho podría identificarle al instante...

-No suena nada bien, ya veo... _musitó Nagito_

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He decidido hacer algo para calmarlos las teorías locas. Estaré subiendo una entrada en mi blog acerca de "Breaking the mold" aclarando algunas cosas.

AVISO que no voy a dar spoilers, así que no esperen que haya alguno.

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora