¿La bruja estaba en la capital real? La habitación se sumió en total silencio ante aquella noticia. Independientemente de su creciente sed de sangre contra dicha criatura, Nagito se las arregló para contenerse y mantenerse en silencio en su sitio. El druida dejó la habitación poco después, permitiendo a los tres adolescentes abandonar sus puestos previos. La mirada furibunda que el albino clavaba en un punto inexistente en el suelo era suficiente para dar señal a la reina de que no debía retenerle más tiempo. Si el chico estaba dispuesto a acabar con la bruja por su cuenta, era lo mejor simplemente dejarle ir. Si lograba su cometido le habría hecho un favor a la humanidad al completo.
-Mis disculpas por el imprevisto... La situación es cada vez peor, debemos tomar acciones antes de que el peligro de extienda... _musitó la reina, una mirada de preocupación adornaba su rostro_
-Quien debe disculparse soy yo _dijo esta vez el albino_ No permaneceré más tiempo aquí mientras sepa que esa abominación está aquí. _musitó, para luego salir con prisas de los aposentos de la reina_
___ y Kokichi permanecieron estáticos, observando aquella puerta entreabierta por la cual su acompañante había salido. La reina poco después siguió sus pasos, pidiendo su compañía para no dejarles en su sitio sin saber siquiera qué hacer. A través de los amplios ventanales del castillo se podía apreciar como todo el ejército real corría fuera del recinto del palacio para pagar las calles de la capital real en busca de su objetivo. Sin embargo, antes de que pudiesen llegar a las escaleras que les conducirían al piso inferior, donde se hallaba el salón del trono, el pasillo se sumió en una oscuridad casi total, como si la iluminación que ingresaba a través de los cristales no existiera. Una ráfaga de viento sumamente potente azotó el lugar, asustando a los 3 presentes en este.
-¡¿Qué es todo esto?! _exclamó la reina, cuya voz apenas se escuchaba debido a la intensidad con la que soplaba aquella ráfaga de viento helado_
-Está demasiado oscuro para ver nada... _musuitó la peli___, notando como el viento comenzaba a disminuir_
Pronto, el pasillo se sumió nuevamente en silencio, la oscuridad seguía presente, pero pronto pudieron avistar un tenue destello que apareció en la distancia. Del techo, de alguna forma, comenzaron a caer plumas negras de gran tamaño y apareció ante ellos, de la nada misma, la silueta de una persona. Un halo de luz rodeaba su cuerpo, podía apreciarse gracias a este sus ropas de un color morado realmente opaco, una larga capa cubría su cuerpo y una capucha impedía ver su cabello y la gran mayoría de su rostro, dejando solamente a la vista la parte inferior del mismo.
-¿Quién es...? _musitó la reina, confundida, a la par que algo aterrada de que alguien se presentase de forma tan antinatural frente a ella_
-Mis cordiales saludos y una sincera disculpa por la llegada tan brusca... _dijo aquel personaje, su voz denotaba que pertenecía claramente a una chica, probablemente no mayor que ellos_ Las calles están tan ajetreadas que no me pude permitir llegar de una forma más moderada y tranquila.
-Tú... Tú eres... _musitó la peliazul, mirando con sorpresa a la de ropas oscuras_
-Así es, alteza. Yo soy la bruja a la que tanto están dando caza como si de un animal se tratase. _confesó la susodicha_ Creo, si no me hallo confundida, que tanto vos cómo el resto de los reyes han malinterpretado mis intenciones.
-¿Malinterpretado? _musitó el pelimorado, logrando que una leve sonrisa apareciese en el rostro de la mentada bruja_
-Ah, príncipe, no había advertido su presencia... Me honra estar ante usted. _duji mientras hacía una muy corta reverencia que el chico no evitó ver con otras intenciones ajenas a mostrar respeto_ Mi advertencia no era para considerarme a mí misma el oráculo del futuro mundo. He recurrido a traicionar a mi gente, romper las leyes e incluso arriesgar mi propia existencia para advertir a sus majestades del peligro que se avecina.
-¿Acaso no es eso querer atribuirte el rol que no posees? _cuestionó la reina con cierto enojo en su mirada, mas la bruja negó brevemente con su cabeza_
-Aunque esto implica confesar mi crimen... _musitó, aparentemente para sí misma_ Desde que era joven siempre sentí interés por la magia prohibida, me dediqué al continuo estudio de esta a espaldas de mis semejantes, pues era una falta grave. Llegué a tal grado de interés que no evité hacer uso de esta una vez... Una, nada más, y me bastó para presenciar algo que hasta el día de hoy me ha arrebatado el descanso en las noches y la paz durante el día. _comenzó a relatar la susodicha. Los lotes restantes escuchaban atentamente el relato_ La magia que controla el tiempo y el espacio es un tabú entre los míos, al poseer más esencia mágica que las razas de luz, somos capaces de llevarlas a una escala tan alarmante que bien podría causar estragos más allá de nuestra consciencia, cambios irreversibles o catastróficos... En mi caso, me fue mostrado el futuro. Uno no muy lejano, con suerte se aplazará años, lo mismo que podría ocurrir en unos meses.
-¿Qué clase de futuro dices haber visto? _preguntó el pelimorado_
-Ruina, caos, destrucción. El fin del mundo en cortas palabras. Donde sea que miraba no hallaba rastro de vida. Con el tiempo que me concedió mi capacidad mágica pude indagar en las causas como una existencia de otro plano en aquel futuro tan desesperanzador...
-¿Y cuál era esa causa? _cuestionó esta vez la peli___, sintiendo escalofríos ante la posible respuesta a su pregunta_
-Uno de los reyes que ascenderá en el futuro llevó al mundo a la ruina, sumido en el dolor y la ira. Desconozco totalmente los eventos que llevaron a que su cordura pereciera, pero sé muy bien lo que vi. Este rey, siendo capaz de traer bajo su mando todo un ejército de seres inclementes llevaron al mundo a su fin...
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Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55
Fanfiction[SEGUNDA PARTE] ____________________________ Después de haber escapado tras el incidente ocurrido en la capital real, ___ y Kokichi se vuelven fugitivos buscados por los grandes imperios con los cuales el reino, ahora en manos de otros, mantenía gue...