Los volcanes y altas montañas quedaron detrás hacía ya un par de horas. Ante sus ojos se extendía un vasto prado verde en el que incluso alcanzaban a apreciarse algunos animales silvestres descansar o correr en manadas. Un paisaje como cualquier otro que pronto se vio opacado por una enorme franja oscura en la distancia. A todo lo largo de lo que sus ojos alcanzaban a ver del horizonte se extendía aquella franja.
-¿Qué es esa cosa oscura? _inquirió inocentemente Masaru. Mikan miraba confusa el extraño paisaje_
-El gran Cañón... _respondió Fuyuhiko sin apartar la mirada del frente_ Aunque tiene muchos nombres.
-El "Valle de la Muerte" lo llaman algunos... _añadió Nagito_
-En mi pueblo lo llamamos el "Páramo Maldito"...
-¿Maldito? _cuestionó nuevamente el pequeño_
-Hace ya muchísimo tiempo ese lugar fue el sitio donde tuvo fin la guerra Sacro-Satánica. Se dice que antes era un lugar lleno de vida en el cual se alzaba unas misteriosas ruinas históricas. Nadie sabe quiénes las erigieron, cuánto tiempo llevaban allí o qué cosas podría resguardar del paso de los años en cada rincón de las mismas. Solo se sabe qué fue en este lugar donde el héroe puso fin a la guerra, sellando lejos las malas almas que atentaban con seguir cobrándose vidas de los ejércitos cansados. La guerra terminó en una sola noche, por la mano de una sola persona, pero de ahí en más, no se supo nada más. _relató Nagito, a Masaru le brillaban los ojos al escuchar aquella historia, la curiosidad invadió su ser_
-¿El héroe...? _musitó Kokichi, terminando recién una pequeña confronta con las largas mechas de su flequillo_ Se supone que él desapareció sin dejar rastro tras poner fin a la guerra...
-Nadie sabe qué fue de él. Al amanecer, tras haber cesado cada mínimo estruendo que daba señal de mínima confronta, los reyes buscaron sin cesar a aquel que puso fin al peor evento de la historia, pero no se halló absolutamente nada de él...
-¿Se murió? _inquirió el niño, el rubio cenizo rió por lo bajo_
-Tampoco se supo si vivió o murió. _dijo Fuyuhiko al menor_ Algunos dicen que era un ser extraño de otro mundo u otra época. Algunos incluso creen que era una divinidad que bajó a este mundo para detener la guerra ya que está perturbaba su descanso o algo por el estilo.
-Hay otros que dicen que las almas de los muertos entre las razas oscuras le arrastraron con ellos al otro mundo para cobrar venganza.
-Qué miedo... _tembló el pequeño de hebras rojizas, gateando hacia donde cierta peli___ se encontraba y refugiándose en sus brazos, sintiéndose seguro con ella. ___ rió por lo bajo y abrazó al pequeño, logrando que se tranquilízate pronto_
-No creas nada de eso, Masaru. Solo son historias viejas. Hoy en día nadie habla de ello.
-¿Ah sí? Yo solía leer ese libro todo el tiempo. _confesó el príncipe, llamando la atención de sus compañeros_ No es tan raro, ¿o sí?
-¿Por qué un niño querría leer sobre la peor guerra de la historia de este mundo? _inquirió Nagito, repentinamente interesado en el asunto_
-En la biblioteca real había un libro que, según mis padres, fue dejado por uno de los más grandes conocedores del reino, alguien que presenció la guerra, la vivió y participó en esta. Esa persona hablaba del supuesto héroe como si hablase de una bestia silvestre. Le tenía un terror absoluto, pero no parecía tener interés en dejar de seguir sus acciones.
-¿Oh...? ¿Y había algo interesante en su relato? _inquirió Mikan, sintiendo ciertos miedo de conocer la respuesta, pero, a la vez, gran interés_
-Decía que el héroe era un monstruo nunca antes visto ni conocido por ninguna de las razas existentes en ese entonces. Usaba un cascarón de piel humana para mezclarse entre la gente mientras apreciaba de primera mano cada escenario que la guerra traía consigo, hasta que finalmente decidió intervenir y poner fin a esta.
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Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55
Fanfiction[SEGUNDA PARTE] ____________________________ Después de haber escapado tras el incidente ocurrido en la capital real, ___ y Kokichi se vuelven fugitivos buscados por los grandes imperios con los cuales el reino, ahora en manos de otros, mantenía gue...