Capítulo 45: Un viejo conocido

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El amanecer estaba lejos de llegar y aquellos dos adolescentes, ahora fugitivos, continuaban caminando, ajenos a la gran mayoría de las cosas de su entorno: ella sin tener una idea de a qué sitio se dirigían con exactitud y él no muy preocupado por la misma causa que su acompañante. El sonido de sus pasos y algún que otro grillo distante era lo único que se escuchaba en el silencio de la noche. La luna hacía mucho que había alcanzado su máximo punto en el firmamento, otorgando algo más de luz al camino, aunque tampoco había mucho que ver por allí. Pero, aparentemente, dejarían de caminar en breve. Las luces de un pueblo en la distancia eran visibles, uno que prometía ser incluso más grande que aquel del cual habían escapado sin siquiera dar pista de su salida hacia unas horas.

-¿Sabes algo? Me sorprende que no te hayas quejado ni una sola vez a pesar de llevar horas caminando. _comentó la peli___ mientras acariciaba los dedos de su acompañante, entrelazados con los suyos_

-Fue mi idea después de todo, sería muy hipócrita de mi parte quejarme cuando yo quería esto.

-Puedes quejarte siempre que quieras, no pasa nada. _se burló un poco, a lo que el pelimorado le miró con una expresión de leve incredulidad. ¿En serio se estaba burlando de él? Es decir, tenía pleno conocimiento de que cualquier rastro de sus aptitudes físicas se había esfumado después de tantos años de encierro, pero que precisamente fuese ella quien se burla de ya era algo, hasta cierto punto, sorprendente. Y tampoco podía opinar al respecto, en términos de resistencia, ella le sacaba unas buenas hectáreas de distancia al poder andar por más de mediodía sin siquiera sudar. Resistencia que adquieres cuando tienes una abuela que se dedica a recoger hierbas en el bosque o las montañas, o escapas de otro reino bajo amenaza de muerte_

-Si me quejo será por esa burla y no porque estoy cansado de andar.

-Como desees, la oferta sigue en pie.

-Me has perdido todo el respeto, ¿no es así?

-Me diste permiso de tratarte como un igual. ¿Es una queja lo que estoy escuchando?

-No voy a continuar con esta conversación...

-Bueno. A todo esto, ¿a dónde iremos exactamente?

-Estuve pensando en ello hasta hace poco, y creo que tengo algo que hacer ni bien salgamos del reino.

-¿Y eso sería?

-Iré a visitar a un viejo conocido de mi padre.

Y así comenzó una para nada breve explicación respecto a este "viejo conocido" del rey. Resultaba ser que Kokichi había tenido un mentor de pequeño, aquel que le enseñó lo básico del arte de la esgrima. Claro que sus enseñanzas se vieron interrumpidas, desafortunadamente, cuando los intentos de secuestro comenzaron a afectar al príncipe y su bienestar mental. Luego de que este se encerrarse en el palacio sus clases fueron completamente suspendidas y aquel a quien llamaba su mentor regresó a su hogar, lamentando no haber podido enseñarle todo lo debido. Ahora la duda de ___ era la siguiente: ¿El príncipe pretendía retomar sus clases de esgrima? Bueno, no diría que no tenía sentido, después de todo, si iban a estar por su cuenta, era entendible que al menos quisiese defenderse por su cuenta. Kokichi aparentaba tener un complejo de inutilidad sumamente desarrollado por motivos personales y estaba más que dispuesto a deshacerse de semejante cadena en su vida. Un acto de superación bastante admirable para alguien tan introvertido como él.

El susodicho mentor vivía en un reino lejano, un territorio neutral donde, peculiarmente, la única raza visible entre sus habitantes eran humanos, ni más ni menos. Era el único reino en el mundo donde no estaban presentes ninguna de las demás razas especiales. Aparentemente por motivos religiosos, creencias y demás, se negaban a aceptar a sus diferentes, así que se aislaban de toda clase de interacción con otras razas ajenas a la suya propia. Hasta hacía poco Akreah también era un reino libre de otras raza especiales debido a motivos ya conocidos (a medias, por supuesto), por lo que no sería de extrañar que su precio rey pudiese relacionarse con aquellas personas del otro reino, es decir, él era un humano.

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora