Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55

Capítulo 18: Momentos de tensión

La tensión inundaba la habitación mientras los únicos cuatro habitantes de la misma se suman en una guerra de intensas miradas cargadas de sospecha y desconcierto. Nagito se mantenía serio mientras miraba a la máxima soberana del reino, por su parte, Kokichi y ___ miraban con cierto temor a la reina, la penetrante mirada de la misma no les inspiraba buenas vibras. En cualquier caso, el albino fue el primero en mentar palabra al respecto.

-Si me permite preguntar, alteza, ¿qué le hace dudar, en primeras instancias, que nosotros podemos tener alguna relación con esa abominación?

-Como ya he dicho antes, los druidas se han mostrado inquietos últimamente. Esta tarde, uno de ellos me ha informado de la presencia de tres individuos que parecían ser protegidos por una fuerza antinatural. Aunque no me ha dicho a qué podía estar refiriéndose, esas metas palabras son suficientes para hacerme concebir dudas respecto a vosotros.

Ante las palabras de la reina, la peli___ no evitó sentir cierta confusión. ¿Sería el mismo druida que se ofreció a servirles en aquella base? Recordaba muy bien la firma en que le había mirado y la sonrisa (carente de significado, a su parecer) que le había dedicado. Aquellos profundos ojos de un color negro puro parecían ser capaces de ver más allá de su físico. Como si supiese que esconde algo de lo cual no siquiera ella era consciente. Mientras se sumía en sus pensamientos, la reina retomó la palabra.

-Por otro lado, soy consciente de que la situación en la capital real no es la mejor y he procurado pensar en soluciones para apaciguar las malas vibras. No obstante, algo interfiere en mi camino, y si sé que se trata de esta bruja, cuya misteriosa salida de la barbarie aterroriza a los reyes, entonces tomaré acciones para impedir que sus planes se cumplan.

-¿Y por qué cree entonces que yo, siendo un enemigo suyo, colaboraría con ella? _cuestionó el pelimorado, la reina le miró enarcando una ceja ante su pregunta_

-Esta es una buena pregunta viniendo de usted, príncipe. Y el que el joven Komaeda también les acompañe de por sí ya resulta una contradicción. En cualquier caso, esta "presencia antinatural" ha estado rondando los alrededores desde vuestra llegada, aparentemente.

-¿Entonces tiene razones para creer que la bruja se encuentra en la capital real? _cuestionó el albino, cuya expresión denotaba una sed de venganza increíble, incluso si la bruja no había hecho daño alguno a su reino o en contra suya_

-Las tengo. La barrera ha sido erigida con ese motivo. Ahora mismo la guardia real y los magos se encuentran revisando cada rincón en busca del rastro de esta rara presencia, pero aún no se ha hallado nada. En cualquier caso... _musitó la reina, cuya expresión se tornó más apacible al hablar_ Si no son enemigos les doy la bienvenida. Perdonen mi rudeza antes, no acostumbro a tratar con viajeros y he estado realmente tensa desde el informe rutinario de la mañana.

-Si que ha cambiado su forma de hablar... _susurró el pelimorado, apartando la mirada_

-No me vean de ese modo. _pidió alegremente la reina, viendo las expresiones de sorpresa en el albino y la peli___. Ambos se miraron mutuamente, no comprendiendo mucho_ No suelo ser así de sería todo el tiempo. Y mucho menos recibo visitas. Desde que los ministros se encargan de todo he tenido tiempo para ocuparme de mí misma, pero a la vez me siento realmente sola al haberme confinado en mi propia habitación.

-Con todo el respeto, reina. Es lo peor que ha podido hacer por su reino. _soltó la fémina de hebras ___, a lo que la peliazul le miró con notoria sorpresa_

-¿Disculpa?

-El príncipe y yo hemos llegado a vuestro reino a través de una pequeña ciudad fronteriza, la cual, si me permite decirlo con estas palabras, se encontraba en un estado deplorable. Su gente muere de enfermedad, hambre y miseria, los soldados que la resguardan carecen de cuidados y ayuda. Su gente vive preocupada de que algo suceda de la noche a la mañana...

-En la capital real es casi lo mismo. _habló esta vez Nagito_ Sus ministros oprimen a su pueblo y dedican todos los bienes y demás al ejército para seguir alentando la guerra. Hay rebeldes que desean tomar su cabeza por permitir la opresión y se han alzado en contra de vos. _explicó, la reina les miraba espantada_

-¿Rebeldes? No puede ser cierto... Los ministros no harían cosa semejante... _musitó la reina, pálida tras haber recibido semejantes noticias. Caminó a paso lento hasta la pequeña mesa de madera que ocupaba para colocar los informes, cartas y demás, posando su delicada mano sobre está en un débil intento de no perder la compostura y el equilibrio_ Dijeron que todo estaba bien...

-Alteza, es muy fácil carta en tretas cuando se tiene ciega confianza. Por el bien de su gente, debería retomar usted el mando. A este paso el propio reino será la causa de su caída.

La reina meditó en silencio por varios minutos que parecieron horas debido a la tensión presente entre los cuatro. Justo cuando la peliazul atentaba con decir siquiera palabra, alguien llamó a la puerta. Nerviosa de que pudiese ser alguno de sus ministros, la fémina ordenó a sus cuatro invitados a ocultarse diferentes puntos de la habitación: bajo la cama, donde las largas sábanas de seda podrían ocultar cualquier cosa; dentro del armario, donde los vestidos pomposos y llenos de volantes ocultarían a cualquiera tras ellos; y tras las cortinas, el lugar perfecto y clásico para ocultarse. Después de dar paso a su nuevo visitante, la reina exhaló, notoriamente calmada.

-¿Se encuentra bien, alteza? Por un momento le he visto sumamente nerviosa. _preguntó el recién llegado, los tres "intrusos" pudieron reconocer inmediatamente su voz, aunque reprimieron sus exclamaciones y prestaron atención a la conversación_

-No pasa nada, ¿ha ocurrido algo? _preguntó la fémina, restando importancia a sus previos nervios_

-En efecto, mi reina. Los magos están alarmados y ahora mismo nos encontramos persiguiendo a la causa de nuestras inquietudes...

-Eso quiere decir... _musitó_

-La bruja está aquí...