Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55

Capítulo 37: Celos

Nagito y Fuyuhiko llevaban bastante rato de lo que iba del viaje riendo sin parar mientras que Mikan no sabía aún cómo reaccionar al respecto. Todo lo opuesto a Masaru que miraba muy mal a cierto amigo suyo. Y es que era raro que los papeles se inviertiesen, sobre todo si ahora Kokichi era la almohada y ___ era quien dormía haciendo uso de él. La peli___ simplemente parecía negarse a despertar a pesar de ser plena mañana. Era obvio que algo había ocurrido y ninguno de los dos estaba realmente dispuesto a decir una palabra al respecto, eso sí, el pelimorado hallaba relativamente molesto que Komaeda no dejase de echarle en cara que bien podía tener razón sobre un tema que él sabía muy bien. ¿Y de qué le servía seguir llevándoles a la contraria de todos modos? Estaba comenzando a ser consciente de que su preocupación por su acompañante ya había dejado de ser algo "normal" hasta cierto punto. Lo admitía, sí, dentro de su cabeza. Definitivamente no les daría la razón a sus queridos amigos respecto a sus burlas hacía ya muchas horas.

-Disculpe, su alteza, pero creo que ya debería despertar a la bella durmiente. _habló Fuyuhiko, sin dejar de lado cierta burla en su forma de hablar_ Estaremos cruzando las fronteras de Mirya muy pronto.

-¿Al fin estamos llegando? _cuestionó Masaru, dejando de mirar con recelo al pelimorado_

-Mirya es un reino bastante extenso. Aunque crucemos las fronteras, pasará un buen rato antes de que lleguemos a las zonas pobladas. _explicó Nagito mientras sostenía con sus manos al pequeño pelirrojo, que se había emocionado con la noticia dada por el rubio_ Por favor, abstente de hacer travesuras en pleno vuelo mientras tus padres están ocupados.

-¿Mis padres? _cuestionó el menor_

-Komaeda, ¿podrías, por favor, dejar las burlas por cinco minutos como mínimo? _intervino el pelimorado mientras miraba mal al albino_ Yo no soy una persona violenta, pero desde hace un buen rato siento unas ganas insoportables de lanzarte a tierra firme.

-Uy, mis disculpas, no era mi intención hacerle enojar.

-Señor Nagito, ¿se estaba burlando?

-No te preocupes, Masaru, algún día lo entenderás.

-No hagas caso de lo que dice, este hombre ya está con un pie cruzando la línea de la locura, mucho no le debe faltar para perder el raciocinio.

-Duras palabras esas.

-Pero tiene razón, Komaeda. _se burló Fuyuhiko_ Estás provocando al futuro rey del imperio más temido de la historia, ¿quieres que veamos tu cabeza rodar bajo el filo de la guillotina?

-Creo que prefiero conservarla.

-No estoy tan mal mentalmente como para ejecutarlo por unas cuantas burlas...

-Pero bien que hasta hace poco admitió querer lanzarlo a tierra firme.

-Tener ganas de hacerlo y llevarlo a la práctica son cosas muy distintas.

-Como usted diga... A todo esto, ¿cuáles son sus planes una vez Arribemos a la capital real? Creo que había dicho que su amiga había tenido un destino incierto con el incidente que lo llevó a esta situación.

-Dudo mucho que Tenko muriese ese día.

-¿Qué lo hace pensar de ese modo? La princesa Tenko fue duramente entrenada para su supervivencia, no lo niego, pero incluso ella no podría hacer frente a un ataque traicionero de semejante magnitud por su cuenta.

-Si lo que supe en Siberly es cierto y ahora la razas perdidas están vagando por lo que antes era la capital real de mi reino, tengo muchas razones para creer que Tenko se encuentra bajo protección total o ya ha sido devuelta a su reino bajo escoltas muy confiables.