Y pensar que a raíz de contar toda su agobiante situación terminaría recibiendo unas palabras como aquellas. En muchas formas, eran reconfortantes, lo que muchos llamarían "las palabras adecuadas" o "justo lo que querían escuchar". Y es que no hay sensación más agradable para alguien que duda de sí mismo que ser aceptado tal y como es, sin importar nada más a ese criterio. Y de todas las personas, justamente aquella cuya opinión importaba más, muy por encima de la del resto, era quien tomaba el primer lugar en aceptarlo, sin peros ni falsas ganas. Aún así...
-... ¿Aunque sea algo raro...? _preguntó en un hilo de voz la peli___, su cabeza era un caos total y siendo sincera, ya no sabía en qué pensar o que decir. A este punto ya era demasiado incluso para ella_
-¿Qué tiene de malo que sea raro?
-Es que... T-Te acabo de decir que yo... No soy humana...
-¿Y eso qué tiene? Si tanto te molesta puedo ir personalmente a buscar a la bruja para que me haga ser algo raro también. ¿Así estarías contenta?
-¡N-No! ¡Quiero decir...! N-No es necesario llegar a esos extremos. No me lo perdonaría nunca si te pasara algo, y menos por mi causa.
-Aún dicho eso... Es un tanto irritante.
-¿I-Irritante? _cuestionó, no comprendiendo su punto. Para más, comenzó a sentir algo de ansiedad al creer que se estaba retratando de sus palabras anteriores_
-Incluso después de todo lo que has soportado a causa de esa "misión" tuya, ni siquiera tras conseguir cumplirla del todo, te dejan la opción de elegir tu camino a partir de ese momento. Dejarte a la suerte de que puedes morir o regresar a tu forma anterior sin un solo ápice de conocimiento sobre esta otra versión de ti es simplemente irritante. De un modo u otro ya me tomo personal el hacerle una visita a la señorita de la barbarie...
-... "Pero si hace poco le dije que no debía saber que le he contado todo..." _pensó mientras comenzaba a alarmarse la de hebras ___, algo que el pelimorado notó casi instantáneamente_ Será mejor que simplemente lleguemos a la capital de una vez...
-No, no podemos hacer eso.
-¿P-Por qué? Se supone que era el objetivo principal.
Kokichi respiró profundamente y meditó bien lo que iba a decir a continuación. De un modo u otro, a su cabeza no llegaba otra forma de hacerlo ver más allá de una completa idiotez, pero de todos modos, no había nada que perder comentándolo. Después de todo, sabía que entre ellos dos ya no quedaban muchas cosas idiotas o sinsentidos que comentar. Es decir, un príncipe que termina desarrollando sentimientos románticos por una plebeya, quién a su vez tiene relación con una bruja y resulta no ser humana gracias a uno de los tabúes más grandes del mundo, siendo perseguidos por un culto desconocido y acercándose al fin del mundo, aparentemente. ¿Habría acaso una locura más grande que aquella? Desde luego, lo dudaba mucho.
-Si llegamos a la capital real, estoy total y absolutamente seguro de que el padre de Tenko ya tendrá en su mente unas cuarenta propuestas convincentes para solucionar mi problema actual para con mi reino, y es seguro que todas ellas involucran algo a lo que me opongo rotundamente.
-¿Y-Y eso sería?
-Casarme con su hija, lo cual no pienso hacer.
-¡¿Casarse con la princesa Tenko?! ¡¿Así nada más?!
-Ha invertido sus últimos 7 años intentándolo y nunca lo consiguió. Tampoco lo conseguirá ahora y no le daré el gusto de intentar sobornarme ahora que mi reino está en una situación crítica. Así que he aquí mi solución a mi propio dilema...
Y se hizo un breve silencio nuevamente, en el cual ___ miraba expectante al pelimorado, aún siendo abrazada por el mismo. Se sentía demasiado cómoda en aquella posición como para dignarse a pedir distancias, y no pretendía hacerlo de todos modos, permanecería de aquella forma todo el tiempo que le fuera posible. Sí, muy descaradamente.
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Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55
Fanfiction[SEGUNDA PARTE] ____________________________ Después de haber escapado tras el incidente ocurrido en la capital real, ___ y Kokichi se vuelven fugitivos buscados por los grandes imperios con los cuales el reino, ahora en manos de otros, mantenía gue...