Capítulo 7: Híbridos

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El camino hacia la capital real de Siberly era interminable. O al menos, así lo sentía Kokichi después de haber avanzado apenas unos metros. Era un exagerado en todo el sentido de la palabra, pero no podían hacer nada respecto a eso. A base de insistirle, o más bien, rogarle, que hiciera su mejor esfuerzo, el pelimorado estaba logrando contener las quejas que podía tener en contra de la caminata a la que le estaban sometiendo. Un príncipe andando por tierras desconocidas, y por su cuenta. Todavía se guardaría los berrinches si estuviese viajando con comodidad al ser tan larga distancia.

En un rato más avistaron un pequeño poblado. Cultivos adornaban cada lado de camino mientras campesinos los trabajaban. Había ganado pastando a lo lejos y algún que otro niño corriendo felizmente. Se veía como un lugar tranquilo. Al notar la presencia de los 3 viajeros mucha gente sintió curiosidad de ellos y no evitaron acercarse y preguntar alguna que otra cosa: su destino, el motivo de su viaje, identidad y demás. Los niños miraba curiosos a los 3 forasteros, siendo rodeados por los adultos.

-Válgame, así que se dirigen a la capital real. Señores, yo no lo aconsejaría. _advirtió un campesino de avanzada edad, usando su azada como apoyo para sus ancianas manos_ Actualmente los inspectores de Kartho han estado entrando y saliendo de la capital después de que la reina fuese puesta bajo sospecha de permitir la trata ilegal de personas. _explicó_

-¿La esclavitud dejó de ser legal? _cuestionó ___, teniendo la vaga esperanza de que así fuera, pero el anciano negó_

-Hay reinos que usan a los esclavos como mano de obra o sirvientes de las casas nobles, pero el caso de la capital es diferente. Corren por aquí y allá rumores de que los nobles compran esclavos y contraen descendencia con los mismos, lo cual altera la pureza de la raza. Por ello se considera un crimen. Además, aquí entre nosotros... _habló, disminuyendo el tono de su voz considerablemente. Los oyentes se apretujaron todavía más para poder escuchar los murmullos del viejo_ Se rumora que el mayor objetivo de la trata son los híbridos.

-¿Híbridos? _preguntó esta vez Nagito, con una expresión que plasmaba perfectamente su seriedad_

-Secuestran a miembros de las razas especiales y realizan experimentos ilegales para producir soldados que no pertenecen ni a la una ni a la otra raza. Ponen precios más altos conforme mayor sea su rareza. Los nobles de la capital han sentido interés por ello últimamente y los rumores han llegado a los oídos de los sagrados jueces de Kartho.

-Es terrible... ¿Cómo han llegado a esto?

-Nosotros no tenemos la menor idea, a poblados tan pequeños no nos llegan esas calumnias. Esto nos fue contado por un viajero que no estaba en sus cabales e iba pasado de copas tras salir de bar.

-Joven Nagito, ¿no dijo que le resultaría conveniente verse con los jueces de Kartho? _preguntó la fémina, mirando al albino. Kokichi igualmente le miró de reojo, esperando por su respuesta. Siendo él un príncipe, lo que menos quería era verse envuelto en un escándalo como aquel, pero si habría que ir de un modo u otro..._

-No creo conveniente ir en un momento como este... Pero debemos llegar a Mirya lo antes posible... _razonó el albino_ Yo no tengo prisas por consultar a la santa raza de Kartho, así que sería lo ideal pasar desapercibidos y marcharnos antes de que nos sea imposible dar solución a la parte complicada del viaje. Si Kartho somete a Siberly a cuarentena por posibles crímenes que impliquen a la familia real, no podremos cruzar las fronteras de ninguna manera hasta que el asunto quedé zanjado. Y puede que cuando ocurra sea demasiado tarde para nosotros.

-Él tiene razón, ___. No hay nada peor que permanecer en un reino en cuarentena y más aún contando que incluso la gente de Kartho ha decidido tomar medidas al respecto. L-Lo mejor será continuar y hacernos los desentendidos del tema... _dijo el pelimorado, apoyando la idea de Nagito luego de escuchar su razonamiento. Quería evitar problemas, pero tenían prisas.

-Si ese es el caso nos quedaremos aquí está noche y mañana continuaremos el camino. _dijo la peli___, totalmente de acuerdo al ver que negarse no haría ningún bien_

Después de pagar su estancia en la posada, la cual le salió más costosa que la anterior dado que tuvo que pagar por 3, ___ se retiró a su pequeña habitación, pues todas eran individuales. Permaneció despierta una buena parte de la noche pensando respecto a lo escuchado durante la tarde. Híbridos... Estaban mezclando razas a diestra y siniestra para luego esclavizar a las víctimas y su descendencia como si fueran animales. La nobleza cada día le asqueaba más de lo que ya lo hacía cuando apenas era una niña sirviendo a una casa noble en el reino al que fue enviada. Su rencor hacia los nobles no había desaparecido a pesar de haber sabido lidiar con ello hasta el momento. Incluso viajaba con un miembro de la realeza y aún así no podía olvidar su rencor. Claro, hay casos diferentes en el embrollo. Kokichi era el príncipe de Akreah, pero su reino no apoyaba la esclavitud. No tenía porque odiarle en ningún sentido, sino admirarle, a él a sus padres, por haber logrado un reino tan pacífico en medio de tantas guerras.

Estaba decidida a ayudar al pelimorado aunque tuviese que perecer en el intento. Se sentía con esa cierta responsabilidad independientemente de que le hubiese sido encomendado por alguien más. Era gracias a la familia del mismo que había logrado tener un largo tiempo de paz junto a la familia que le había acogido. Encontró lo que nunca creyó tener ni merecer, estaba agradecida, y debía pagar el favor de algún modo.

Esa noche ___ tuvo un sueño bastante peculiar. En su mente solo se proyectaba oscuridad. Escuchaba el distante sonido de gordas de agua caer a un pequeño charco, susurros, brisas frías le asechaban, pero no veía absolutamente nada. Pronto, un intenso dolor recorrió su cuerpo, pero no emitió sonido alguno. Sintió cosquilleos, como si briznas de hierba rozasen su cuerpo, luego sintió algo de calidez. Una extraña calidez, como si estuviese siendo abrazada por alguien desconocido e invisible. Una voz distorsionada, pero angelical, llegó a sus oídos:

-... Tú serás la salvadora de este mundo perdido... _alcanzó a comprender después de prestar algo de atención_ No te preocupes, seguramente será mucho para ti... Y cometerás muchos errores como cualquier ser humano lo haría, pero tranquila. Ya que tú causa es noble, siempre serás dotada de una segunda oportunidad... _la voz se escuchaba cada vez más clara, el dolor desapareció, solo quedaba aquella calidez que le envolvía_ Desafortunadamente, no recordarás nada, pero sabrás que hacer, estoy segura... Bien, es hora de renacer... ___...

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora