Capítulo 16: Un leve rayo de esperanza

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Aún cuando regresaron sobre sus previos pasos y buscaron por sus dos compañeros extraviados, pero no hallaron rastro de ellos a pesar de revisar el terreno minuciosamente. Incluso cuando regresaron a la posada abandonada, en ella hallaron solamente las huellas de sus perseguidores pagando el lugar. Ahora las paredes contaban con rayones realmente profundos, tablas rotas y hasta restos de lo que antes fueron muebles en un estado medianamente decente. ___ pidió a Masaru y Kokichi descansar donde quisieran mientras ella preparaba algo tibio para calentar sus cuerpos.

Kokichi nunca fue de lidiar con otras personas, mucho menos si se trataba de niños, pero Masaru parecía ver en él un hermano mayor, dado lo cual no se separaba de él. No le incomodaba en exceso su presencia, pero se le dificultaba mantenerse tranquilo. El niño tampoco es que estuviese muy cómodo en un inicio, hablar con un príncipe no es algo de todos los días y, aunque este hubiese dicho que podía tratarle con normalidad, no podía simplemente opacar los años de maltratos que había sufrido por parte de los nobles al ser un previo esclavo.

Esta parte de Masaru era lo que incitaba la comprensión del pelimorado: él también había sido un esclavo, al igual que ___. Aunque fuesen casos diferentes, no podía evitar sentir cierta empatía al respecto, tal cual lo hizo en un inicio por la fémina. Antes de darse cuenta siquiera ya estaba escuchando los relatos del menor, mientras esté hacía gestos exagerados y reía, tal vez, por primera vez en mucho tiempo. No evitó sonreír al verle tan a gusto y se dedicó a escuchar cada palabra, otorgándole la atención que muchos otros probablemente nunca le dieron.

___ se acercó a ellos poco después con un bol de sopa humeante para ambos y pasaron el rato intercambiando relatos divertidos, otros no tantos y algunos hasta "aterradores". El pequeño pelirrojo fue el primero en caer dormido. Estaba exhausto debido a que había pasado la gran mayoría de las horas del día trabajando sin descanso. Kokichi tenía totalmente prohibido moverse desde que el niño había decidido usar su hombro como almohada. Aunque verle sonreír incluso en sueños le hizo tener muy pocas ganas de despertarle bajo alguna circunstancia. Casi sentía que tenía un hermano menor. Al cabo de unos minutos más el también cayó dormido.

Después de ver la tierna escena, ___ se retiró para permitirles dormir, aunque la verdadera razón era que pretendía salir una vez más para buscar por pistas que le ayudasen al menos a saber qué había sido de sus dos compañeros. No había ni rastro de un individuo más aparte de ellos en la posada, probablemente Nagito, que fue quien se quedó allí a hacer frente a los perseguidores, hubiese decidido llevar la confronta fuera y había ido a parar a otro sitio. Fuyuhiko, en cambio, había establecido su pequeña batalla fuera, y no había nada que indicaste que seguía por allí, por lo que no sabía si había tomado luego una ruta diferente.

-¿Dónde pueden haberse metido? ¿Y sin dejar rastro...? _se preguntaba la fémina en voz baja. Una brisa fría azotó su cuerpo, haciéndole temblar levemente. Sus ropas aún estaban húmedas puesto que ella no las había cambiado, a diferencia de Masaru y Kokichi, a quien dio prioridad luego de regresar a su lugar seguro. Se abrazó a sí misma en un vano intento de preservar el calor corporal, pero la brisa, extrañamente, no cesaba_ ¿Y este viento? Espero que no vaya a llover de nuevo... _musitó_

Aunque fuese por unos instantes, ___ creyó haber escuchado a alguien llamarle por su nombre, pero al mirar alrededor, no vio a nadie. El viento se le estaba haciendo molesto y seguía escuchando (o creyendo escuchar) que alguien le llamaba.

-¡Señorita ___! ¡Aquí arriba! _exclamó alguien cuya voz reconoció perfectamente cuando el llamado se le hizo más claro. Al alzar la mirada tal como se le había orientado, la fémina no contuvo una exclamación de sorpresa y susto a la vez_

Ver a aquel enorme lagarto alado descender lentamente y admirar su tamaño se le hacía algo aterrador. Inmediatamente se apartó antes de que las grandes patas con garras le aplastasen. Nagito descendió del lomo de la gran criatura con una amplia sonrisa, como si fuera lo más casual del mundo, mientras que Fuyuhiko, quién al parecer había domado a la bestia, se quedaba detrás y le acariciaba como podía la gran cabeza.

-¿Q-Q-Qué está pasando? _preguntó la peli___ temblando levemente_

-Oh, es el pequeño amigo de Fuyuhiko. Ahhh, nos salvó realmente, por poco no la contábamos. _rió el albino_

-"¿Pequeño?" _pensó la chica_

-La verdad es que nos vimos superados en número y no teníamos forma de ayudaros cuando comenzamos a desintegrar el grupo, así que Fuyuhiko llamó a su amiguito con alguna especie de silbato que solo él sabe de qué es y nos ha salvado. Llegó en el momento justo y los maleantes se dispersaron por el miedo. Aunque estuvimos buscándoles por largo rato y no dimos con ustedes. _relató el chico, a lo que ___ no evitó tener un momentáneo recuerdo de todo lo ocurrido_ De todos modos, mira, señorita ___, hemos tenido suerte. Fuyuhiko ha decidido llevarnos a Mirya como un pequeño regalo.

-¿En serio? _preguntó la chica ilusionada_

-Pero también tenemos un pequeño problema... _musitó el albino, mostrando a la chica un sobre blanco con una insignia en cera roja_ Este sobre lo tenía uno de los sujetos a los que logré abatir... Es el sello real de Siberly.

-¿La firma de la reina?

-La reina parece tener asuntos con nosotros. Hemos investigado un poco antes de volver. Ni siquiera sus ministros tienen potestad para usar este sello en un documento sin importar la relevancia de estos... Es auténtico.

-¿Pero qué podría querer la reina con nosotros? _inquirió la fémina con preocupación _

-No lo sé, pero no nos dejará abandonar la capital real sin haber atendido a su invitación. Los druidas han rodeado la capital con una enorme barrera. Mira arriba _dijo el chico, señalando con su índice dicha dirección_, La lluvia sigue cayendo, pero la barrera no la permite pasar. Ni las brisas de tormenta, ni seres del exterior, nada... De un modo u otro, debemos ir...

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora